Dalila

Yo estaba enamorado de Dalila. Fue simple; no tenía en casa televisión ni tampoco vecinos adinerados que pudiesen deleitarse con algunos de mis gustos. Había riqueza económica, escritores de San Isidro, metejones, y demás natas de antaño, todo menos emociones estéticas. Éramos Mi pobreza y Dalila contra el Mundo. Eran unos reverendos estúpidos que compraban lo peor del momento: Rocky, Rambo, todo esa cursilería; en cambio yo quería ver a Dalila. Porque ella era una Minerva contemporánea, hermosa, inteligente, Diosa de la guerra, lesbiana - ¡¿Qué más se puede pedir?!-, si con sólo pensar que hizo uno de los primeros desnudos en cine. Ninguna actriz del momento puede igualarla, no existen. ¡¿Dónde estas Dalila?!