A veces pienso porqué en las cátedras de historia latinoamericana no se estudia detalladamente la independencia de Haití: la única y autentica revolución; las demás fueron solamente cambio y reforma política administrativa; en cambio Haití fue auténticamente un revolución, literalmente se puso negro sobre blanco. Hija directa de la Revolución Francesa, bastarda, maldita, negra, esclava, ella fue la primera donde se decretó una constitución de avanzada en 1801:
“La constitución es de Toussaint L Ouverture de la primera letra hasta la ultima línea, y contiene sus pricipios de gobierno. La esclavitud quedaba abolida para siempre. Todo hombre, cualquiera fuera su color; era apto para cualquier empleo, sin otra distinción que la virtud y el talento, ni otra superioridad que la otorgada por la ley en el ejercicio de la función pública.” (Hegel y Haití, Susan Back-Morss)
Haití fue el primer país que decretó la libertad de todos sus habitantes: negros, blancos y mulatos. Los negros jacobinas de la isla de Santo Domingo habían creído realmente aquella frase de Rousseau “el hombre nace libre pero vive encadenado”. Esos negros jacobinos fueron los más fieles representantes de los tópicos de la revolución francesa. Por eso la primera bandera de Haití tenía los tres colores franceses. Un día llegó Napoleón y reestableció en 1802 el Code noir, es decir, el estatus legal de la esclavitud.
Ese fue el momento de rebelión racial, total, dialectica, negro-blanco, amos y esclavos en una lucha por el reconocimiento. La fraternidad entre los pueblos proclamada por la burguesía girondina seguía siendo un sueño eterno. Los jacobinos negros tuvieron que pelear por su libertad.
Ésta inquietud se la manifesté a mi profesor de historia latinoamericana cuando vi el programa y noté la AUSENCIA en términos históricos de la revolución de esclavos. El texto de Halperín Donghi que nos dieron como “Lectura obligatoria” menciona dos veces la palabra “Haití”, y cuando lo nombra, solamente para hacer referencia al horror, al temor que despertaban éstos en los sectores de las pequeñas burguesías ilustraba. El miedo a la rebelión de esclavos –sostiene la nueva elite ilustrada Argentina-, era latente; y los sectores independentistas temían que se repitiese ese “horror” negro llamado Libertad, llamado Haití.
Veamos a Galeano que expresa lo mismo pero maravillosamente.
Ésta inquietud se la manifesté a mi profesor de historia latinoamericana cuando vi el programa y noté la AUSENCIA en términos históricos de la revolución de esclavos. El texto de Halperín Donghi que nos dieron como “Lectura obligatoria” menciona dos veces la palabra “Haití”, y cuando lo nombra, solamente para hacer referencia al horror, al temor que despertaban éstos en los sectores de las pequeñas burguesías ilustraba. El miedo a la rebelión de esclavos –sostiene la nueva elite ilustrada Argentina-, era latente; y los sectores independentistas temían que se repitiese ese “horror” negro llamado Libertad, llamado Haití.
Veamos a Galeano que expresa lo mismo pero maravillosamente.
Este miércoles la selección Argentina juega contra la selección de Haití. Ojalá gane Haití
7 comentarios:
Esta es, lamentablemente, una de las partes de la historia latinoamericana que la historiografía liberal imperante y oficial hizo desaparecer. Esta historia digna, sumergida en sangre y represión, de este pueblo sufrido es totalmente ignorada. Sería hora de promover los cambios necesarios en los programas de estudios para subsanar semejante aberración
¡¡y que gane Haití!!
Es cierto Goliardo. Olvidada gesta épica. Un pedazo de historia que parece haberse hundido increiblemente en el Caribe. La revolución Haitiana es la única que empezó mientras todavía se desarrollaba la revol. Francesa. El resto apelaron a los principios revolucionarios justo cuando la revolución había caído por obra y gracia de Napoleón. Es significativo. ´
Es una historia increíble de opresión, porque cuando Napoleón mandó a su cuñado Leclerc, para reestablecer el dominio Francés, encarcelaron al líder y lo enviaron a Francia para que muriera. Dessalines tomó la posta y la luche siguió. Finalmente Francia le impuso condiciones leoninas para poder emanciparse: una deuda que se consumiría la vida de la Isla durante todo el siglo 19, y que servirí como excusa a principios del siglo 20 para que los yanquis interviniesen y ocuparan Haití por otros 20 años, "refinanciando la deuda" para dejarlos más fundidos todavía.
Sin embargo, los que se escandalizan con lo mal que está Haití, estas cosas parecen no querer mencionarlas: los altos principios de egalité, liberté y fraternité que movieron la revolución, y las consecuencias de la opresión francesa para truncar esa experiencia negra que el mundo desarrollado europeo no estaba en condiciones de tolerar. Ni los EEUU, cuyo presidente Jefferson se negó a reconocer la independencia, y no lo hicieron hasta 70 años después, cuando recién entonces "los Estados Unidos" paradigma de libertad hipócrita, recién concedieron la libertad a sus esclavos.
Si nadie la cuenta...¿Por qué no la contamos y la discutimos nosotros? Prometo post!!
Hoy, que con tanto gusto se habla del caos, los dictadores, la violencia y la pobreza en Haití, no se dice que por ejemplo
Como en tantas otras ocasiones, la literatura dice más desde lo verosímil que la presunta "ciencia histórica" desde el análisis, que encubre más de lo que muestra.
Así que, y dado que el tema es tan hermoso, propongo crear un blog colectivo; "El reino de este mundo".
Cada uno que se anote sube un capítulo, y lo comenta.
¿Qué mejor homenaje a Haití y a Carpentier?
Udi, esa novela de Carpentier no la consigo en ningun lado, Colihue la editó pero está acabada. sigo en la búsqueda y claro que es un excelente nombre para un blog. maravilloso.
http://udi414.blogspot.com/2010/05/curiosidades-del-idioma.html
Eso es porque no viniste a la carreara de Historia de la Universidad de Madres donde hacemos justicia con esa gran bisagra que fue la revolucion haitiana. Tratar de derrumbar el muro que dice que las únicas revoluciones del SXVIII fueron la Norteamericana y la francesa es tarea dificil pero es lo que nos toca en el futuro de una latinoamérica unida.
Saludos
Nacho
Dir. Carrera de Historia UPMPM
Nacho: cursé historia (así, con minúscula) en la UNR. Pero hace tanto que ya me olvidé casi todo.
De hecho, y ahora que lo pienso, creo que es mejor. A veces, para aprender, hay que des-aprender primero.
En todo caso, y para no ser del todo injusto, guardo un buen recuerdo de algunos profesores y compañeros (hoy amigos).
Y sin embargo, sin embargo...no puedo evitar suponer que el aprendizaje de la historia no es del todo inútil.
Salud y resistencia !
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