lunes, 16 de noviembre de 2009

Otro pibe de los astilleros

Es un día de mierda. Trato de pensar y afirmo la mierda. Miro TeleNoche y leo: “Un chico grave y una sospecha terrible”. Pienso en el aliento y la represión que, días y noches, alentó ese canal en voces de grandes personajes de la Farándula: Tinelli, Susana Giménez, Mirta Legrand, todos pidiendo seguridad, y vociferando un odio nauseabundo. Pienso en que habría pasado si este pibe hubiese sido hijo de algún famoso, o de alguna persona influyente, o de alguna familia tradicional argentina. ¿Si hubiese sido un empleado de Susana Giménez? Pienso en cuál es la sospecha terrible. ¿Habrá alguna marcha pidiendo justicia o es un pibe que no le interesa a nadie? Imagino –porque pensar, puedo de a ratos-, en la golpiza del pibe. Palazos en la cabeza y abandonado como un perro. Quizá, un perro puede tener suerte. Quizá otro perro de la calle se queda lamiéndole las heridas. Un chico pobre no le interesa a nadie, menos si es morochito. Ah, claro que importa, si el pobre aparece llorando en la tele, y tiene beneficios económicos para el conductor que lo utiliza, ahí si. Pero tiene que estar vivo. Un pibe muerto no sirve para nada. Uno menos –dice un fascista a sueldo.

Manchado de azul, síntoma de que estuvo en la represión, con los mensajes del celular borrados y con la entrada en un tacho de basura. Un pibe que tenía la entrada paga murió golpeado. El argumento de la empresa y de la policía, es que había entradas truchas y colados. ¿Era para reprimir tan salvajemente? ¿Fue un exceso o estuvo planeado? ¿Se puede ser tan mierda? Otro pibe de los astilleros. Hijos de puta!

Pero no quiero hablar de conspiraciones, no en este momento en que ese pibe se muere. Se muere un pibe que fue a un recital. Un recital, la puta que lo parió. Un joven que podría haber sido mi amigo, mi compañero de facultad, mi vecino, el guitarrista de la banda que toca toda la noche y no me deja estudiar; el pibe que me trae la pizza y de vez en cuando se lleva una propina; un pibe de esos que pasean perros, o uno que anda en bicicleta; o uno de esos pibes rebeldes y contestatarios; o quizá era poeta, cantante, laburante, canillita. Tengo mucha bronca, voy a dejar de escribir esto que ya terminó.

2 comentarios:

grace dijo...

Es una bronca compartida, Goliardo. Y es la furia contra todos esos pedorros que se la pasan hablando de seguridad, de castigos, de represión. Porque los medios no pueden hablar haciendo como si....POrque los periodistas impolutos como Santo y Nelson son responsables de inspirar la mano que usó el palo. Porque las minitas prolijas como la Santillán y la Lorena son tan culpables como el uniformado que contento, muyyyy contento, obedeció e interpretó al pie de la letra las órdenes.
Eso me tiene furiosa. La tilinga clase media que tiene la cabeza formateada por los medios. Y que se lamenta, pero poco. POrque no es un hijo de ellos.
Y una se encuentra pensando por qué no se van todos a la puta madre que los parió, que nadie, nadie, le va a devolver el pibe a la familia.

Marta Donadini dijo...

Bueno soy una madre de clase media blanca, perdón, pero siento el mismo dolor y bronca que todos ustedes, mis hijos blancos de clase media baja tambien fueron a recitales y por supuesto que odio a la maldita policia y me muero de pena por Ruben Carballo cuyo único pecado fué y digo fúe porque no creo que viva , es nacer en este momento y en este pais.-Odio a estos cobardes policias tanto como odio la muerte de los inocentes y aun mas me duele cuando son pibes pobres porque mis hijos tambien pasaron hambre y tambien la policia les dío, y quiero agregar que aparte de ser blancos tienen ojos verdes de nuevo perdon un abrazo que no nos separen las diferencias.Perdon Ruben Carballo