Se denomina Cipayos a los ciudadanos indios que pelaban por la corona británica contra los ciudadanos indios. Los cipayos eran entregadores, vende patrias indios. Pero alguna vez se rebelaron, no aceptaron la imposición británica e relación al hinduismo que practicaba. Pero en Argentina, los Cipayos siguen firmes en su defensa irrestricta de los intereses británicos sobe las islas Malvinas. Leemos en la Nación:
“Una mezcla de sobreactuación política y de oportunismo histórico parecieron rodear las duras expresiones que Cristina Kirchner le dirigió a Gran Bretaña en su nueva embestida por el eterno reclamo de la soberanía de las islas Malvinas.”
El nuevo cipayo no pelea con armas, como su antecesor indio, sino que lleva una guerra de posición a traves e los medios de comunicación. Los banquetes en las embajadas son el premio consuelos de estos pulpos sin almas. Sigue el cipayo:
“los dichos de Cameron fueron una respuesta directa a la molestia que sintió Londres en los últimos tiempos por el apoyo que le dio la administración de Barack Obama a la Argentina en la OEA, en el momento de firmar un nuevo reclamo por la soberanía de las Malvinas. Cameron, aseguran en la Casa Rosada, no esperaba semejante desplante de sus históricos socios. Si ello fuera cierto, no se justificaría tampoco el exabrupto de Cameron, que mantiene buenas relaciones con Washington y donde la Argentina no incide un ápice en ese vínculo.”
Los británicos solo siente “enojo”, mientras que el reclamo argentino siempre es una provocación.
“Cualesquiera que fueren los motivos de Cameron, está claro que la Presidenta no dejó pasar esta nueva oportunidad histórica para tensar una vez más la relación con Londres. Desde el primer día en que Cameron asumió como primer ministro la Presidenta libró una dura pulseada con el líder conservador y no dio resquicio alguno para la instancia del diálogo que ella misma reclama. Tampoco lo hizo Londres con los ejercicios militares en el Atlántico Sur y la explotación petrolera.”
Otro Cipayo desde la misma trinchera dice:
“¿Qué puede haber motivado el inesperado desplante presidencial? ¿La necesidad de tapar con humo la oscura pesadilla desatada por los Schoklender? ¿La búsqueda de temprano rédito electoral? ¿Un estilo personal demasiado agresivo? Cualquiera se la razón, lo sucedido no nos ayuda. Una cosa es la defensa irrenunciable de nuestros derechos, que cabe aplaudir y apoyar. Otra, bien distinta, es caer equivocadamente en conductas inusuales con consecuencias adversas.”
Cuando se trata de Argentina, siempre es una provocación derivada de un conflicto interno. Es siempre para tapar algo. Mientras que en el caso britanico es una simple sutileza diplomática.
El Cipayo argentino, luchador sueperestructural, que pelea a cabo pintado por los intereses britanicos sobre las islas Malvinas.
“Una mezcla de sobreactuación política y de oportunismo histórico parecieron rodear las duras expresiones que Cristina Kirchner le dirigió a Gran Bretaña en su nueva embestida por el eterno reclamo de la soberanía de las islas Malvinas.”
El nuevo cipayo no pelea con armas, como su antecesor indio, sino que lleva una guerra de posición a traves e los medios de comunicación. Los banquetes en las embajadas son el premio consuelos de estos pulpos sin almas. Sigue el cipayo:
“los dichos de Cameron fueron una respuesta directa a la molestia que sintió Londres en los últimos tiempos por el apoyo que le dio la administración de Barack Obama a la Argentina en la OEA, en el momento de firmar un nuevo reclamo por la soberanía de las Malvinas. Cameron, aseguran en la Casa Rosada, no esperaba semejante desplante de sus históricos socios. Si ello fuera cierto, no se justificaría tampoco el exabrupto de Cameron, que mantiene buenas relaciones con Washington y donde la Argentina no incide un ápice en ese vínculo.”
Los británicos solo siente “enojo”, mientras que el reclamo argentino siempre es una provocación.
“Cualesquiera que fueren los motivos de Cameron, está claro que la Presidenta no dejó pasar esta nueva oportunidad histórica para tensar una vez más la relación con Londres. Desde el primer día en que Cameron asumió como primer ministro la Presidenta libró una dura pulseada con el líder conservador y no dio resquicio alguno para la instancia del diálogo que ella misma reclama. Tampoco lo hizo Londres con los ejercicios militares en el Atlántico Sur y la explotación petrolera.”
Otro Cipayo desde la misma trinchera dice:
“¿Qué puede haber motivado el inesperado desplante presidencial? ¿La necesidad de tapar con humo la oscura pesadilla desatada por los Schoklender? ¿La búsqueda de temprano rédito electoral? ¿Un estilo personal demasiado agresivo? Cualquiera se la razón, lo sucedido no nos ayuda. Una cosa es la defensa irrenunciable de nuestros derechos, que cabe aplaudir y apoyar. Otra, bien distinta, es caer equivocadamente en conductas inusuales con consecuencias adversas.”
Cuando se trata de Argentina, siempre es una provocación derivada de un conflicto interno. Es siempre para tapar algo. Mientras que en el caso britanico es una simple sutileza diplomática.
El Cipayo argentino, luchador sueperestructural, que pelea a cabo pintado por los intereses britanicos sobre las islas Malvinas.
Desde este blog le decimos, ¡PATRIA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!
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