Desde Maquiavelo en adelante, el tema de la Fortuna en la construcción política ha significado un elemento de análisis de los distintos actores políticos. La Fortuna puede significar en la adquisición de un Estado (pongamos en el ejemplo de Cleto Cobos, admiración, estima y popularidad) un elemento importante; pero con la Fortuna sola no alcanza, hay que tener Virtud. En palabras del propio Maquiavelo:
“Por otra parte, los Estados que se forman de repente, como todas aquellas producciones de la naturaleza que nacen con prontitud, no tienen las raíces y las adherencias que les son necesarias para consolidarse. El primer golpe de la adversidad los arruina, si, como ya insinué, los príncipes creados por improvisación carecen de la energía suficiente para conservar lo que puso en sus manos la fortuna, y si no se han proporcionado las mismas bases que los demás príncipes se habían formado, antes de serlo.” El Príncipe, VII .
Un Príncipe, o en caso particular, un dirigente (¿dirigente?) político debe tener —Según Maquiavelo— el calculo preciso en la construcción política. Con la metáfora del arquero, en palabras del florentino, hay que tirar un poco más arriba del blanco: “esta parte les conviene seguir el ejemplo de los ballesteros advertidos, que, viendo su blanco muy distante para la fuerza de su arco, apuntan mucho más arriba que el objeto que tienen en mira, no para que su vigor y sus flechas alcancen a un punto dado en tal altura, sino a fin de, asestando así, llegar en línea parabólica a su verdadera meta.” El Principe, VI.
El chiquitaje político de Julio Cobos (y algunos espectros más) consistió en ver la realidad efectual como una fotografía y no como la de un arquero. Con el apoyo de los medios masivos de comunicación, y gran parte de la sociedad, Julio Cobos se dedicó a dilapidar su capital político, dejando de lado la construcción del partido político que le serviría de base para una eventual proyección territorial. Como dice Maquiavelo en la primera cita, sin las raíces y las adherencias que les son necesarias para consolidarse. En cambio, prefirió las operaciones de prensa y la desestabilización política de su propio ejecutivo y utilizando la vicepresidencia, prefirió la tapa de Clarín y no la articulación política con ¿su partido? La ignominia institucional fue insostenible. Su situación de eterno desempatador lo llevó a depender de la Fortuna. Ésta última y el azar la triste realidad. No se puede Gobernar desde los medios de comunicación. El gran error político de los últimos años. Gobernar con la mera Fortuna.
Como diría Hegel, el día de su nacimiento es el día de su muerte.
El nombre del post fue puesto a consideración de mis contactos de feisbuk, entre dos opciones de canciones de Arjona: 1) Acompáñame a estar solo, 2) Realmente no estoy tan solo. Ganó la opción 1 Va la cancioncita:
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