“La burguesía despojó de su halo de santidad a todo lo que antes se tenía por venerable y digno de piadoso acontecimiento. Convirtió en sus servidores asalariados al médico, al jurista, al poeta, al sacerdote, al hombre de ciencia.”
Marx, Manifiesto Comunista Parece que el barba Marx tenía razón. El estado, la justicia, son las herramienta de la burguesía para la explotación de la case trabajadora. Es así, lo dicen sus fallos. La pobreza no tiene derechos:
“lo hecho por el encartado (Avalos [Un pastor evangelista condenado por abuzo de menores]), tener relaciones con mujeres que viven en comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas; que, además, poseían experiencia sexual –incluso en yacer con otros hombres– (...) no lo veo como algo moralmente edificante pero tampoco como un quehacer aberrante, repulsivo, que hiera la integridad sexual”.
La justicia falla. La justicia demuestra el clasismo, el sexismo más recalcitrante. El fallo del comentado caso tiene en cuenta a “comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas”. No es moralmente edificante el abuzo de dos menores, ya que las menores habían fornicado con anterioridad. Hay dos justicias, la de ricos y la de pobres. Unos tienen derechos y obligaciones, ¿y los otros? Bien Gracias. Esos no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado…
1 comentario:
Esto es aberrante pero desnuda la relación entre los abusos, la explotación de las mujeres y l@s chic@s, con la desigualdad social que tiene sus defensores en la justicia, los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad...
Tenemos que indignarnos y luchar una y otra vez contra todo esto, visibilizar esa diferencia de justicias y de trato.
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