Estos días noté un resurgimiento del odio. ¿Será porque el gobierno no está muerto y puede aprobar con gran consenso una ley tan importante como la estatización de las jubilaciones? ¿Será por el llamado de Obama a Cristina? ¿Será porque los que odian no pueden transformar el odio en proyección, o la incapacidad receptiva de la “otredad” los lleva a la descalificación y la intolerancia? No sé que será, en definitiva creo que es el simple desprecio por el otro. En tiempos de la 125, recuerdo que odie a los traidores. El voto de Lozano lo odié, cuando escuchaba a Pino Solanas también me producía odio. Cuando escuchaba a Macaluse balbucear, también lo odiaba. Odiaba a la case media tilinga, odie a Cobos y también algunos vecinos de mi barrio. Ahí algunos versos inéditos sobre el odio que no publiqué.
“Odio a la oligarquía
Y a los putos cipayos,
También a los forros fachos
Lectores de “poliarquía”
Odio las luces benditas
De aquellos autos lujosos,
Odio a ese gaucho rotoso
Que está lleno de guita,
Que quiere pa la argentina
A ochentas magos el lomo.
Yo no inventé este odio
Sino vos con tu arrogancia,
Que sólo busca ganancia
Con la miseria y el oprobio.
Están cagados en oro
Y están llenos de tierra;
-“sos un cabecita negra”-
Asi empezó esta joda,
-“no se metan con la soja”-
y Buzzi me chupa la verga..
Odio las “niñas rebeldes”
Amo las “putas azarosas “
pa ellas van las bordonas
Que carecen de todos bienes.
Odio cuando algunos mienten
Sobre la vida del pobre
Están llenos de cobre
Y ganan la guita opinando
Algunos también afanando
Y otros con tan simples sobres.”
Pero ya no odio. En cambio ahora el odio se multiplicó por dos, en aquellos que nos odiaban. El odio a Cristina ya es parecido a odio que le tenían a Evita. La cara de odio de Nelson Castro es evidente. Lanata también, Macri… La cara de Elisa Carrió es la cara del mismísimo mandinga. Lucas publicó una carta llena de odio, y el cumpa MP también posteó algo sobre este odio. Lo interesante de esta nueva realidad, es la estrategia del gobierno. Sin una vez Cristina manifestó “A la democracia, más democracia”, en esta oportunidad: “al odio les respondemos con política”. Es más, el odio es una consecuencia de la política, del consenso, de las “buenas formas” de comunicación. El general Perón enseñaba algo al respecto:
“Algunos han llegado han llegado a afirmar que existen objetivos económicos que suplantan lo político. Ello es, en nuestro concepto un error. La economía tiene, en el estado moderno, una gran importancia en el establecimiento del objetivo político, pero no puede llegar a suplantarlo. En todo caso, en este orden de ideas, es la política la que rige a la economía y no lo contrario. Ahora como antes, rige la frase de Napoleón según la cual la política es el destino.”(1)
“Odio a la oligarquía
Y a los putos cipayos,
También a los forros fachos
Lectores de “poliarquía”
Odio las luces benditas
De aquellos autos lujosos,
Odio a ese gaucho rotoso
Que está lleno de guita,
Que quiere pa la argentina
A ochentas magos el lomo.
Yo no inventé este odio
Sino vos con tu arrogancia,
Que sólo busca ganancia
Con la miseria y el oprobio.
Están cagados en oro
Y están llenos de tierra;
-“sos un cabecita negra”-
Asi empezó esta joda,
-“no se metan con la soja”-
y Buzzi me chupa la verga..
Odio las “niñas rebeldes”
Amo las “putas azarosas “
pa ellas van las bordonas
Que carecen de todos bienes.
Odio cuando algunos mienten
Sobre la vida del pobre
Están llenos de cobre
Y ganan la guita opinando
Algunos también afanando
Y otros con tan simples sobres.”
Pero ya no odio. En cambio ahora el odio se multiplicó por dos, en aquellos que nos odiaban. El odio a Cristina ya es parecido a odio que le tenían a Evita. La cara de odio de Nelson Castro es evidente. Lanata también, Macri… La cara de Elisa Carrió es la cara del mismísimo mandinga. Lucas publicó una carta llena de odio, y el cumpa MP también posteó algo sobre este odio. Lo interesante de esta nueva realidad, es la estrategia del gobierno. Sin una vez Cristina manifestó “A la democracia, más democracia”, en esta oportunidad: “al odio les respondemos con política”. Es más, el odio es una consecuencia de la política, del consenso, de las “buenas formas” de comunicación. El general Perón enseñaba algo al respecto:
“Algunos han llegado han llegado a afirmar que existen objetivos económicos que suplantan lo político. Ello es, en nuestro concepto un error. La economía tiene, en el estado moderno, una gran importancia en el establecimiento del objetivo político, pero no puede llegar a suplantarlo. En todo caso, en este orden de ideas, es la política la que rige a la economía y no lo contrario. Ahora como antes, rige la frase de Napoleón según la cual la política es el destino.”(1)
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1. Manuel Urriza, San Martin y Bolivar vistos por Perón, colihue, pag 45
4 comentarios:
Eso, Cristian, hagamos política. Pasémosle por arriba a toda esta bosta, porque son fáciles, son pura impotencia. Son NADA.
Saludos
Mario
Buenas, Goliardo. Primera vez, creo, que comento en éste su espacio.
Me parece encomiable e interesante la reivindicación de la forma poética para hablar de política. Pro eso me permito sugerirle, y espero lo tome a bien, fijarse en la métrica. Va como ejemplo una corrección la primera estrofa de su última composición:
“YO odio a la oligarquía
Y ODIO a los putos cipayos,
También a los forros fachos
Lectores de “poliarquía”
Odio las luces benditas
De aquellos autos lujosos,
Odio a ese gaucho rotoso
Que está TAN lleno de guita,
Que quiere pa la argentina
A ochentas magos el lomo."
Las dos primeras correcciones apuntan a evitar hiatos forzosos en la lectura para que la métrica dé. En el último caso falta simplemente una sílaba.
Un buen ejercicio para adquirir gimnasia versificadora es, en un primer momento, contar con los dedos y leer en voz alta lo que se acaba de escribir. Avise si necesita las reglas para contar (cambian de acuerdo a la acentuación de la última palabra).
Cordiales saludos,
CC
Gracias amigo C.C por las correcciones, siempre suma una palabra bien intencionada. Es más, es usted el primero que hace mención a la estructura y estilo. Usted sabe que acá cerca de mi casa, en un barcito siempre viene un payador, un entrerriano de pura cepa. Le pregunté como había empezado a payar, y me dijo que empezó leyendo el martín fierro, y ubicando los octosílabos en la estructura musical. Me explicó algo de las bocales abiertas. Pero lo más importante (no solo sumar silabas en principio), sino el “hábito”. Inclusive, la sexteta (así la llama Martínez Estrada) hernandiana es como e paradigma, es más, Martínez Estrada la diferencia de la sextilla clásica. Según este escritor, la “sexteta” es la décima reducida, son los últimos seis versos. Tiene la característica exclamativa, y por la longitud, carece de información y es pura sentencia. La sexteta hernandiana, es casi perfecta. Ahora la joda es improvisar décimas, hay que tener mucha capacidad expresiva, información etc. Voy a tratar de tener cuenta sus apreciaciones, aunque siempre trato de evitar el “yo” para llegar al octosílabo, voy a tratar de llegar de alguna u otra manera.
Quiero darle gracias señor
Por sus “tan” buenos consejos,
Sumando letras me encuentro
En esta improvisación.
Hay que llegar al corazón
En octosílabos versos.
Muy copado, loco!
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