"CANILLITA. -¿Mi padre?... ¡Si se afeita!... ¡Mi padre, un atorrante que vive de la ufa!... ¡Mi padre un sinvergüenza que se hace mantener por mí y por ella y hasta por esa criatura que apenas camina. (Ve a Arturito que continúa de pie sobre la cama y va hacia él.) ¡Ese no es mi padre, no puede ser padre de nadie!... Ese... ¡es un canalla!... (Se enjuga las lágrimas.) ¡Sí, señor don Braulio! ¡Yo no me he quejado nunca: pero en esta casa por culpa de ese sarnoso, me tienen como pan que no se vende. ¡Canillita, refilá el vento!... ¡Canillita, vos me estás robando! ¡Canillita que te jugás la plata! ¡Canillita, sos un bandido!... ¡Y pim, pam, pum!... ¡trompadas! ¡patadas! y ¡pellizcones!... (Con rabia.) ¡Gran perra! ¡Con eso me pagan, con pedazos de pan duro y con sopapos: que me reviente de trabajar por traerles todos los días peso y medio de ganancia!... (Llora.)"
Fragmento de la Obra Canillita de Florencio Sanchez
"El día del canillita comenzó a festejarse el 7 de noviembre de 1947, en conmemoración a la fecha de muerte de Florencio Sánchez. Este dramaturgo uruguayo dio origen a esta denominación en su obra "Canillita". En ese libro designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios. Hasta hace algún tiempo, no se editaban ni se vendían diarios ni revistas en este día. Actualmente, si bien la fecha se sigue celebrando, las publicaciones se venden como cualquier otro día. La primera vez que se escuchó el grito de un vendedor de diarios fue en 1867 cuando anunciaba: “¡La República! ¡La República!”. Éste era el nombre de un diario de la época que ideó aquella forma de venta directa. Debido a su éxito, esta costumbre fue adoptada por otros diarios, creándose así una nueva fuente de trabajo."
Marilina Ross en el papel de "la raulito", gran canillita
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