Antes que el tiempo tirano
dicte los tildes del reloj
quiero que conozcas el mar,
mi guitarra y mi canción.
Caminar anclados de viento
sobre la cuestes penumbras,
amparados en esquivo llanto
bajo la luz de la luna.
Perdernos en el horizonte
incierto, y muertos de frío,
y sentir la cepa unitaria
entre el deseo y el destino.
Ay muchacha hermosa
enséñame la montaña,
el mediterráneo deseo
y el amor en la mañana.
Niña, enséñame a bailar
en esos patios de tierra,
algún romance en pañuelo,
una zamba, una chacarera.
Yo quiero que tú conozcas
los llanos de mi infancia,
a mi perro, mis amigos,
a la ciudad y su arrogancia.
Espero alegre aquel día,
donde te pueda encontrar.
-¡Ay muchacha de ojos tristes,
no quieres conocer el mar!
dicte los tildes del reloj
quiero que conozcas el mar,
mi guitarra y mi canción.
Caminar anclados de viento
sobre la cuestes penumbras,
amparados en esquivo llanto
bajo la luz de la luna.
Perdernos en el horizonte
incierto, y muertos de frío,
y sentir la cepa unitaria
entre el deseo y el destino.
Ay muchacha hermosa
enséñame la montaña,
el mediterráneo deseo
y el amor en la mañana.
Niña, enséñame a bailar
en esos patios de tierra,
algún romance en pañuelo,
una zamba, una chacarera.
Yo quiero que tú conozcas
los llanos de mi infancia,
a mi perro, mis amigos,
a la ciudad y su arrogancia.
Espero alegre aquel día,
donde te pueda encontrar.
-¡Ay muchacha de ojos tristes,
no quieres conocer el mar!
Dedicado a una Muchacha que no quiere conocer el mar.
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