Con traje y valija, en julio o diciembre, con calor o frío, siempre entraba con el mismo temple. Peinado con raya al costado y con el bigote impecable, su presencia imponía respeto. Todo aspirante a estudiar filosofía, había escuchado alguna vez su nombre. Aquellos que habíamos cursado UBA XXI, ya lo conocíamos a través de la programación de la televisiva materia “Pensamiento científico”. Otros lo conocían por algún apunte, o alguna vieja fotocopia de “Desventuras del conocimiento científico”. Fue el 19 de septiembre de 2003 cuando lo vi y lo escuché por primera vez:
“Yo soy el profesor Klimovsky, titular de esta materia. Después de las clases que ha dado el profesor Gaeta, por distribución de tareas ahora me toca a mi desarrollar algunos temas”. (Desgravación del CEFyL la clase de Filosofía de la Ciencia).
Aquellos que lo conocían escuchaban atentamente, mientras que aquellos que no lo conocían, contagiados por los sabedores, se disponían a escuchar sin titubeos. En su clase nadie hablaba, los 80 años de vida, imponían respeto, cuatro horas seguidas de puro discurso científico. Por su verba bailaban: Pitágoras, Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, Hume, Kant, Hempel, Popper, Kunh. Alguna vez lo escuché hablar sobre la CONADEP. El profesor recordaba con gran cariño a Ernesto Sábato. Escuchar a Klimovsky era tener en frente de uno, la Fuente, la Teoría, el Testimonio: en definitiva, a la Historia de la ciencia en Argentina. No era cualquier profesor, era el último epistemólogo latinoamericano. El profesor Gregorio Klimosvky falleció anoche a los 86 años.
“Yo soy el profesor Klimovsky, titular de esta materia. Después de las clases que ha dado el profesor Gaeta, por distribución de tareas ahora me toca a mi desarrollar algunos temas”. (Desgravación del CEFyL la clase de Filosofía de la Ciencia).
Aquellos que lo conocían escuchaban atentamente, mientras que aquellos que no lo conocían, contagiados por los sabedores, se disponían a escuchar sin titubeos. En su clase nadie hablaba, los 80 años de vida, imponían respeto, cuatro horas seguidas de puro discurso científico. Por su verba bailaban: Pitágoras, Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, Hume, Kant, Hempel, Popper, Kunh. Alguna vez lo escuché hablar sobre la CONADEP. El profesor recordaba con gran cariño a Ernesto Sábato. Escuchar a Klimovsky era tener en frente de uno, la Fuente, la Teoría, el Testimonio: en definitiva, a la Historia de la ciencia en Argentina. No era cualquier profesor, era el último epistemólogo latinoamericano. El profesor Gregorio Klimosvky falleció anoche a los 86 años.
8 comentarios:
Qué macananazo, estimado...
Me acabo de enterar por usted, mire qué cosa que hace unos meses venía leyendo -de a poquito para degustarlo bien- su 'Desventuras del conocimiento matemático'.
Con un apunte suyo terminé de entender el porqué de los problemitas de la teoría cantoriana de conjuntos, y cómo era que desde ahí arrancaba el desarollo de una axiomática.
En fin, cosas
Abzo
Estos días estuve acomodando mis toneladas de fotocopias y encontré los “Teóricos” de Klimovsky. El otro día hablaba con una profe de historia sobre las universidades, y le decía que yo había cursado con Gregorio, y cada tanto en sus clases hablaba de la época de oro de la UBA. Obviamente para él era desde el 55 hasta el 66. Ya no estudio más filosofía en la UBA, ahora estoy en Ciencia Política en la UNSAM. Igual siempre se vuelve al primer amor. Estos días estoy repasando “epistemología”, y la obra de Klimovsky esta siempre presente.
Una vez leí una entrevista que le hicieron en el Página. Un tipo muy valioso.
Qué pena! Klimovsky era uno de los irremplazables, como Manolo Sadosky, José Luis Romero, Misha Cotler, Gino Germani y tantos otros grandes referentes del pensamiento a quienes nadie equipara hoy en día.
Probablemente muchos de sus continuadores hayan sido parte de los 30.000 desaparecido y muertos por el proceso.
Se puede volver a tener un hijo cuando otro muere, pero nunca un hermano y menos un padre.
Ya no volverán los debates Bunge-Klimovsky de la Feria del Libro... Bah, igual ahora Clarín copó la Feria y te pone a Cumbio y un par de bloggers adolescentes.
Uno de los Grandes se fue....solo somos polvo y sombra. Saludos
Gracias por hacerle este homenaje del que quiero participar. Uno se quedaba mudo oyendo a Gregorio, su discurso parecìa haber sido escrito. Hablaba a una velocidad increible, y decía cosas densas a la vez de claras. A mí me impacta que una inteligencia así, y un cerebro tan lleno de conocimientos deje de funcionar.
Hace un par de días, por canal Encuentro, pasaron una nota donde Adrian Paenza lo entrevistaba y mencionó que fue uno de los mejores profesores que tuvo y que más había influído en su vida.
Un respetuoso homenaje.
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