Malthus y Galeano

Alguien podría sentenciar: “Dime qué regalas y te diré quien eres”. Quizá no sea descabellado pensar en la relación directa que hay en un regalo. Se pueden regalar flores, perfumes, CDs de música, ropa; etc. pero cundo uno regala un libro es porque quiere comunicar algo. En la reciente cumbre de las Américas, el Presidente Chávez le regaló a Obama un ejemplar más que significativo. Un libro de Galeano. Y no cualquier libro, sino “Las venas Abiertas”, una obra magistral donde el autor analiza la historia del saqueo, la colonia. Así como África tuvo: “Los condenados de la tierra”, nosotros los latinoamericanos tenemos: “La venas abiertas de América latina”. el anterior presidente de EEUU, en una oportunidad le regaló al presidente Kirchner una obra de Thomas Malthus. Recordemos qué decía Andrés Ferrari sobre este autor:

“Resulta preciso “separar” al autor de su obra. A Malthus (1766-1834) se lo vincula a su Ensayo sobre el principio de la población (1798), que sostiene que las guerras, las pestes y demás catástrofes permiten equiparar el nivel de los medios de subsistencia al de la población, en especial cuando no son acompañadas con sus costumbres sociales (sexuales) para prevenir alta natalidad. Los primeros se incrementan aritméticamente (1, 2, 3, 4, etcétera) pero la población lo hace geométricamente (1, 2, 4, 8, 16, etcétera). John Kenneth Galbraith dijo que “con Thomas Malthus y David Ricardo, la economía se convirtió en una ciencia muy triste”. Tal vez ahí se encuentre una primera interpretación del enigmático regalo de Bush: la idea del malthusianismo se asocia con aceptar grandes males pasivamente. ¿Debemos entender eso? ¿Bush le dijo a Kirchner que la Argentina tiene que embromarse?”

Recordemos lo que escribió Mauri k en su posteo sobre “Las venas abiertas”

“Ese libro, con el que confirmamos todo lo que intuíamos, que nos otorgó el marco poético y continental para ubicar en la Historia al drama que nos sacude desde que los castellanos decidieron arrasar con nuestras materias primas y llevárselas sin dejar absolutamente nada más que tierra vacía sin sus cuidadores ancestrales, está en las manos de OhBama, sabiendo que se trata de un objeto que los sudamericanos amamos y usamos con cuidado y respeto como un legado para las generaciones venideras, testimonio vital que narra sobre que sangre estamos regados o hechos.”

Para variar, yo le regalé a Obama una canción:

"Romance para un negro milonguero" de Alfredo Zitarrosa.