martes, 23 de diciembre de 2008

Cristina o la Nueva Eloísa.


Quizá, pocas parejas fueron tan célebres como Abelardo y Eloísa, aunque tiemble el pulso, sólo comparable a Romeo y Julieta, Heidegger y Ana Harendt, Sartre y Simone de Beauvoir, o Perón y Evita. Parejas hubo siempre, Sócrates y su Jantipa, Maria y José, padres de un hermano, pero Abelardo y su bella Amada, sólo en la grandiosidad, en la pasión, o en el amor, ¡si, ellos inventaron el amor, así como lo entendemos en la Modernidad!

Como toda gran historia de amor, el destino, el odio, el resentimiento, la envidia, los separó. La venganza de los ascéticos, incapaces éstos de entender la pasión, su prudencia les ha castrado el alma, y sólo disfrutan de la desgracia ajena. Triste paradoja, cuando la celebridad es tal, no por el amor, sino el destino. Aunque como decía Hegel, la verdad no es el resultado, sino el proceso. La entera vida es una tragedia, los besos, los libros, la dialéctica de Abelardo, los combates intelectuales con sus contemporáneos, el inquieto espíritu de la heroína, y todo el resto de alma que descansa en los senos de Eloísa, todo es una gran tragedia.

Abelardo nace en 1079, y -según Jacques Le Goff- era Goliardo, es decir, un intelectual medieval, poeta profesor, clérigo, borracho, amante, critico de las estructuras sociales. Antecedentes fundamentales de la modernidad. En una clase de San Anselmo, Abelardo le dijo: “No tenia la costumbre de recurrir a la tradición, sino que recurría a mi propio espíritu”. Quizá sumando anacrónicamente, Abelardo y San Anselmo, la suma de “cartesianismo”. Método y sistema, interiorad y argumento. Como vemos, Abelardo es más que un Goliardo, es un filósofo de gran importancia en la historia del pensamiento, “El caballero de la Dialéctica”.

Eloisa era una hermosísima Joven apasionada por las letras, la sabiduría y la filosofía. Conocida en los ambientes intelectuales de la Francia de las rosas, debido a que era mujer, bella e inteligente. Era sobrina de un colega de Abelardo, un tal Fulberto, y éste aprovechó de su nombre, su posición de intelectual, para ofrecerse como servidor de la joven estudiante, y como el mismo Abelardo lo cuenta en una carta a un amigo: “La ingenuidad del viejo me dejó estupefacto. No podía volver de mi asombro; ¡confiar así una tierna oveja a un lobo hambriento! y así se conocieron Abelardo y Eloisa.

Ella de 17 años y él 39, aunque la edad no era límite para el amor, “Los hombres tienen la edad de la mujer que aman” decía Dalmiro Saenz en “La patria equivocada”. Esta relación duró hasta que el tío Fulberto se enteró, y el mismo planeó una trampa para encontrarlos en momento íntimo. El plan fue perfecto, y Abelardo fue echado a la calle, de ahí son las bellas canciones de Abelardo, la palabra Eloisa estaba presente en todo verso, en toda lágrima, en todo recuerdo. Se amaron, se pensaron, se escribieron, se lloraron, se divirtieron entre besos y los libros, y en esa mezcla de Dialéctica aristotélica, labios de Helena, o amor revolucionario, surgió el fruto del amor. Eloísa había quedado embarazada. De este amor nació un bebe, al que llamaron Astrolabio, hermano de todos los bastardos, fruto del amor, rechazado por los castrados de alma. Tiempo después, Abelardo ofreció a Fulberto casarse con Eloisa para subsanar el escándalo. Fulberto aceptó, y ambos se pusieron de acuerdo, es más acordaron mantener el casamiento en secreto para no perjudicar la carrera de Abelardo. Pero se olvidaron de Eloisa. En una decisión indescifrable, nuestra heroína dice No. ¿Por qué se niega Eloisa? Quizá sea una de las preguntas de la modernidad, in entendible para la fría cabeza de Abelardo, inclusive los argumentos de Eloisa, aunque visiblemente modernos para la época, la acción misma de no casarse para mantener independía intelectual, y proteger la pasión por encima de las estructuras sociales, la ubican a Eloisa por encima de Abelardo. Si Abelardo es un moderno al argumentar con la razón y no con la tradición, Eloísa es una mujer rebelde, moderna, independiente en lo práctico. Eloisa no quería un “amor civilizado”. Pero el casamiento se realizó igual, y la dialéctica empezaba a mostrar lo frío del enunciado, “si el matrimonio debía ser secreto, entonces el hijo de ambos no podía seguir con ellos”. Astrolabio quedó a cuidados de la hermana de Abelardo, mientras que ellos se casaron en secreto.

Pero un casamiento que en sí es una reparación no puede quedar en secreto, no tiene validez social, y esto desencadeno en una pelea pública entre Abelardo y el Fulberto. La tragedia comienza luego de la pelea pública. Pero dejemos que hable Abelardo, yo no me animo a decirlo:

“Llenos de indignación… se entendieron entre ellos y, mientras descansaba en casa en una habitación retirada, uno de mis sirvientes, corrompido a precio de oro, les introdujo, y me hicieron sufrir la más brutal y vergonzosa de las venganzas, venganza de la que el mundo entero se enteró con estupefacción: me cortaron las partes del cuerpo con que cometí aquello de lo que se quejaban, después emprendieron la fuga.”

Abelardo siguió estudiante y enseñando la filosofía, y Eloísa se encerró en una abadía. Mantuvieron una relación a través de bellas cartas.

Cuando una pareja es exitosa siempre hay alguien que no la tolera. A Abelardo y a Eloisa no lo toleró la historia, sus pares nunca asimilaron esta relación, el sirviente que se vende por monedas, o la figura de Fulberto, son herramientas del destino histórico que se oponen a los cambios estructurales de una sociedad. En nuestra realidad política esta llenó de Sirvientes vendidos, de Fulbertos. ¿Cuantos castradores de políticas tenemos en nuestra reciente historia política? ¿Cuántos representantes de la divinidad, le aconsejan a Cristina que se separe de su Esposo? ¿Cuántos mediocres, que aconsejan prudencia, y son victimas del miedo, tienen castrada la memoria y el alma, debido a la actitud conservadora de su propia prudencia? Como dice Epicuro, “la muerte nos hace prudentes”, y no dejemos que estos muertos en vida, hagan de Cristina a una “Nueva Eloisa”.



…………….



Cartas Filosóficas, de Platón a Derrida. Editorial Cuadrata.
Eloisa y Abelardo, Regine Pernoud, (datos desconocidos)
Los intelectuales en la Edad Media, Jacques Le Goff, gedisa.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Jacques Le Goff todo un visionario, felices fiestas, yo soy optimista y creo que con Cristina eso no se va a dar, saludos.

. dijo...

No puedo dejar de observar que politicamente te gusta Cristina, a ciegas. Coincido, aunque nunca pude dejar caer los parpados. Quizas amigo le pagen para que escriba, quizas lo haga de corazon. A mi de da lastima ver la intelectualidad que posee tan complice. Un abrazo, y felices fiestas!!. Aliro, uno mas desde la Centroizquierda

Goliardo dijo...

Oiga “uno del montón”, yo conocí a Le Goff a través de textos históricos ligados al pensamiento filosófico medieval. Tengo otra obra de de este autor, y la verdad muy bueno.

Aliro, no sé por qué la duda de que si escribo por corazón o por dinero, y la verdad da tristeza pensar que el pensamiento político, o la convicción política esté determinada por una dádiva. No pienso que la política se reduzca a un sueldito. Abraham el otro día escribió una nota en donde caía en la misma falacia que usted. Él decía que los amigos de él, intelectuales, profesores de la uba, o otros distritos, apoyaban a Cristina porque había aumentado el sueldo docente, además, también porque era una bella mujer. “esta buena la veterana”, dijo Abraham. ¿Cuesta tanto entender la identidad política? ¿Si supiese la “intelligentzia” lo que es ser “hijo” de un sindicalista peronista de la JP, nacido en el conurbano? Pienso que quizá no pensaría así. ¿Todo es choripan? Seguramente yo tenga mis prejuicios, que de hecho los tengo, ahora, ¿cualquier escrito que esté a favor de alguien tiene que ser rentado?

Para que te quedes tranquilo, en el 2003 no voté a Kirchner, si lo iba a votar en segunda vuelta. En la ultima elección, si voté a Cristina, por pura convicción. No cobro plan, no trabajo en política, no estoy afiliado a ningún partido, soy empleado en una empresa de limpieza de alfombra, estudié unos años Filosofía en la UBA, ahora me anoté en ciencia política acá en mi pago, soy del conurbano, tengo dos perros, algún amor no correspondido, un par de libros de Juretche, y Sartre, una Biblia, algún sueño en la piel, y un par de cosas que me guardo. Como dice Montaigne, uno cuenta todo a medias. Además de todo esto, soy peronista.

¿Tan difícil es entender eso?

Mario Paulela dijo...

Aliro Ramos usa una palabrita difícil: cómplice. Se es cómplice de un delito. De nada más. Tenga cuidado con lo que escribe, amigo. Los delincuentes están por otros lares, en otras veredas. Fíjese bien.
Saludos

Leo Carballo dijo...

La sospecha que alguien extiende sobre tu pluma describe su alma, y no alcanza, no podría, a salpicar la tuya, querido Goliardo.

walter besuzzo dijo...

Feliz navidad
Dios se hace hombre y después obrero de la construccion

registromundo dijo...

HOLA, GOLIARDO!!

que linda foto!!

MUCHAS FELICIDES EN ESTAS FESTAS!!

UN GRAN SALUDO
GAL

Charlie Boyle dijo...

Goliardo, un gran abrazo republicano compañero

Anónimo dijo...

Goliardo: No es muy común encontrar textos sobre Abelardo y Heloisa por los blos.

Si se le anima a mi spanglish, lo invito a leer algo sobre el proto-anarquismo en http://dangeroustravel.blogspot.com/2008/02/abelard-or-earlier-anarchism.html