Miguel Hernández recibe una carta de su Mujer Josefina, en la cual se entera de que su hijo recién nacido sólo se alimenta de pan y cebolla. Miguel Hernández en la cárcel se encierra y compone la nana más triste, la canción de cuna más hermosa que una madre le puede cantar a su niño.
Nanas de la cebolla
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,.
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre.
escarchada de azúcar.
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Nanas de la cebolla
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,.
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre.
escarchada de azúcar.
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol,
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño
nunca despiertes,
Triste llevo la boca
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan lato
tan extendido
que tu carne es el cielo
recién nacido
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla;
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.
Miguel Hernández
http://www.goear.com/listen/0c0814b/Nanas-de-la-cebolla-Joan-Manuel-Serrat
http://www.tinet.org/~elebro/poe/mher/nanas.html
http://www.nidodepoesia.com/nanas2.htm
“Manolillo, hijo, bailaor, forzudo, cuqui de mis entrañajones, da ánimos a tu madre. Pórtate como un hombre, que no se eche de menos en la casa mis pantalones. Póntelos tú y un bigote postizo para que te respeten tu señora mamá y tus tías..."
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