“Mi querido Jefe:
Las organizaciones que actúan en nuestro país deben elegir la que ofrezca mejores condiciones en cada oportunidad. Los comandos que intentan ser los únicos conductos de comunicación con Ud, crean un entorpecimiento inútil.
Le adjunto recorte de la revista Qué donde se habla de los presos políticos y se hace mención del caso de mi novia, Alicia Eguren. La pobrecita está bastante enferma, pero cuando después de noviembre le ofrecieron la opción se negó a aceptarla por solidaridad conmigo, a pesar de mi insistencia en que saliese del país. La gestión la hicieron sus abogados contraviniendo sus órdenes. Los Servicios de Informaciones la tienen fichada como “organizadora peligrosa” y la energía y agresividad de sus declaraciones ante ellos contribuye a que se opongan a que se la deje en libertad. Comprenderá mi angustia por su situación. Yo no la conocía sino por haberme sido presentada hace diez años. Después del 21 de septiembre de 1955 se presentó ante mí y me rogó que la incorporase al movimiento para la lucha por la vuelta de Perón, ofreciéndose para las cosas más peligrosas. Veinte días después yo caía y ella continuó luchando día y noche. La detuvieron y después de una larga incomunicación la dejaron en libertad, con la recomendación de que no tomase contacto conmigo ni desarrollase actividades peronistas. No hizo más que salir de la cárcel y me visitó en la Penitenciaria, organizó reuniones de dirigentes sindicales y grupos de agitación y lucha clandestina. A la semana la detuvieron y lleva catorce meses a disposición de Poder Ejecutivo. Desde la cárcel siguió actuando y cuando en mayo cayó el comando de Lagomarsino y Marcos, aparecieron cartas de ella, por lo que la trasladaron a Olmos y allí permanece aislada, pues es la única presa política. Y desde allí redactó panfletos, mantuvo correspondencia conmigo, estableció enlaces con el grupo de la capital, organizó células femeninas, etc. le cuento todo esto porque sé cómo se alegrará cuando se entere de que Ud. conoce su actuación. Y también como desahogo de mis intimas penas por este idilio –triste y profundamente alegre al mismo tiempo- desarrollado en veinte días de compartida persecución policial y quince meses de correspondencia clandestina donde no hay una sola línea de debilidad o desesperanza.”
Las organizaciones que actúan en nuestro país deben elegir la que ofrezca mejores condiciones en cada oportunidad. Los comandos que intentan ser los únicos conductos de comunicación con Ud, crean un entorpecimiento inútil.
Le adjunto recorte de la revista Qué donde se habla de los presos políticos y se hace mención del caso de mi novia, Alicia Eguren. La pobrecita está bastante enferma, pero cuando después de noviembre le ofrecieron la opción se negó a aceptarla por solidaridad conmigo, a pesar de mi insistencia en que saliese del país. La gestión la hicieron sus abogados contraviniendo sus órdenes. Los Servicios de Informaciones la tienen fichada como “organizadora peligrosa” y la energía y agresividad de sus declaraciones ante ellos contribuye a que se opongan a que se la deje en libertad. Comprenderá mi angustia por su situación. Yo no la conocía sino por haberme sido presentada hace diez años. Después del 21 de septiembre de 1955 se presentó ante mí y me rogó que la incorporase al movimiento para la lucha por la vuelta de Perón, ofreciéndose para las cosas más peligrosas. Veinte días después yo caía y ella continuó luchando día y noche. La detuvieron y después de una larga incomunicación la dejaron en libertad, con la recomendación de que no tomase contacto conmigo ni desarrollase actividades peronistas. No hizo más que salir de la cárcel y me visitó en la Penitenciaria, organizó reuniones de dirigentes sindicales y grupos de agitación y lucha clandestina. A la semana la detuvieron y lleva catorce meses a disposición de Poder Ejecutivo. Desde la cárcel siguió actuando y cuando en mayo cayó el comando de Lagomarsino y Marcos, aparecieron cartas de ella, por lo que la trasladaron a Olmos y allí permanece aislada, pues es la única presa política. Y desde allí redactó panfletos, mantuvo correspondencia conmigo, estableció enlaces con el grupo de la capital, organizó células femeninas, etc. le cuento todo esto porque sé cómo se alegrará cuando se entere de que Ud. conoce su actuación. Y también como desahogo de mis intimas penas por este idilio –triste y profundamente alegre al mismo tiempo- desarrollado en veinte días de compartida persecución policial y quince meses de correspondencia clandestina donde no hay una sola línea de debilidad o desesperanza.”
(Fragmento de la primera carta de John Wiliam Cooke al General Perón que se conserva. Santiago, 11 de Abril de 1957. Correspondencia Perón-Cooke, John Wiliam Cooke, Obras comletas, II, Colihue, 2007 argentina)
Este es un fragmento de una carta de John Wiliam Cooke. Lo traje a la memoria porque en momentos difíciles, es bueno recordar a gente valiosa que trabajó, militó en las condiciones más adversas. Nos pueden prohibir, censurar, nos pueden odiar; pero nunca van a logar que podamos amar, tener ideas, luchar por un país mejor.
Sobre Alicia Eguren:
“Escritora, poetiza y dirigente peronista de larga trayectoria, Alicia fue desaparecida el 26 de enero de 1977 en la vía pública en la Capital Federal. Fue conducida a la ESMA donde se la sometió a condiciones inhumanas de vida. Se la atormentó para obligarla a proporcionar información. Fue tirada de un helicóptero al río de La Plata.”
Imágenes:
4 comentarios:
Cierto compañero. Hemos peleado en peores contextos y no tenemos derecho a tirar la toalla. No sabía que Alicia Eguren había estado presa durante la Fusiladora, es triste que la militancia de las compañeras se recuerde menos que la de los hombres.
Vio compañero, lo relata Cooke en la carta al general. que pareja la de Cooke y Alicia!
CompañerA, Goliardo.
Perdón compañera.
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