lunes, 13 de octubre de 2008

"Exégesis de un cipayo" por Luis D´elia

Joaquin Morales Sola, cipayo si los hay, "El cipayo es incapaz como todo mercenario de mirar el mundo con honestidad intelectual" (D´Elía)

EXÉGESIS DE UN CIPAYO


Dice el cipayo…: “El ‘efecto jazz’ está haciendo bailar a la Presidenta , a su gobierno y a los argentinos en general. Pocas veces hubo una ironía que rebotara tan pronto contra su autor, autora en este caso, aunque ella no haya abandonado el púlpito todavía”.

Agrega: “Dicen que aquella definición de la crisis internacional por parte de la Presidenta surgió de una conversación de café, en Nueva York, con su esposo y algunos miembros de la comitiva. Hubo cierto regodeo, aseguran, en el análisis de una crisis que ellos consideraban encerrada en la primera economía del mundo”. “Con todo, hay una conclusión más grave aún: retrata también la incapacidad argentina para entender un mundo globalizado. ¿Es posible una enorme crisis financiera en Wall Street sin contagiar hasta el último rincón del planeta?”

El cipayo es incapaz como todo mercenario de mirar el mundo con honestidad intelectual, de hacerse las preguntas elementales que la humanidad entera se hace sobre la integralidad de la globalización capitalista.

Es incapaz y además lo tiene prohibido por el amo de preguntarse los porqué mas profundos de esta catástrofe, que seguramente derivará en nuevos sistemas de organización del planeta, donde sin duda seguirá habiendo capitalismo y democracia burguesa pero con un rol férreo, duro, casi policíaco que provocará el resurgimiento de los Estado-nación.

A pesar de todas las evidencias el cipayo persiste en poner el eje de la problemática en Argentina y no en Estados Unidos, y lo que es peor aun, se siente contrariado con la Presidenta cuando ésta en la cara del Imperio le refriega sus contradicciones aberrantes.

El cipayo después hace referencia a la caída del precio internacional de las materias primas, del petróleo, de los alimentos, plantea que el presupuesto nacional por lo menos de manera tangencial tendrá un efecto efímero.

Con la deshonestidad brutal que lo caracteriza habla de “huelga campesina” y no de “lock out” patronal, está feliz con la suba del dólar, con la caída de la Bolsa y vaticina una posible corrida bancaria.

El cipayo admite su sorpresa por el dogmatismo de Sarkozy.

Se frota las manos con la llegada del “efecto jazz” a Europa y a Brasil porque imagina que de esa manera a la Argentina de los Kirchner le va a ir mucho peor porque nos van a comprar menos.

El cipayo confronta con la Presidenta de la democracia argentina porque entiende que sólo la corporación mediática del Imperio puede bautizar las crisis, como “tequila”, “caipirinha” o “arroz”.

Casi al final de su nota, el cipayo se sincera y saca de su galera la receta clásica de sus patrones, alentando al sector del gobierno que plantea “sentarse sobre la caja” y por supuesto detener el gasto público y nada de aumentos salariales y de jubilaciones.

Y por supuesto alienta a los gremios a que arrinconen a los Kirchner en esta instancia. Finalmente el cipayo, circunspecto y con cara de naipe, nos aconseja nombrar un ministro de economía y con gran regocijo profetiza el final del modelo y sus ejecutores, a los que sueña enterrar con música de jazz.

Al compás de este cipayo, otros cipayos, hombres de consulta permanente del primero, dicen: “El mundo (o sea Estados Unidos) no nos cree porque no hemos hecho lo que teníamos que hacer en su momento”. Y rematan diciendo que “el mundo no nos tiene confianza”.

Menos mal.

El cipayo, de galera y bastón, con aires aristocráticos, con distintos rostros, con distintos amos, desde hace 200 años no tiene patria, no tiene bandera, no tiene pueblo; sólo tiene billetera, que la llena los días 30 de cada mes, en distintas embajadas.

Con no olvidar es suficiente. Cualquier parecido con la realidad, corre absolutamente por cuenta suya. LD/

Luis D´Elía es Presidente de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV)

1 comentario:

Anónimo dijo...

GORDO PUTO!!! MÁS CIPAYO QUE VOS NO CREO QUE HAYA ALGUNO! TE QUEDA POCO, PRIMATE!