sábado, 25 de octubre de 2008

Crítica de la Razón Gorila


La ultima noticia, me entero que Fernando peña es un filosofo especializado en gnoseología Gorila. En un artículo de Crítica, Fernando Peña en un derrotero filosófico, analiza el “pensamiento en tanto pensamiento”.

“Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber” decía Aristóteles en sus primeras líneas de su Metafísica, y Fernando Peña parte de su análisis en este sentido. Pero la rigurosidad peñaniana va más allá, y como maestro de la sospecha, sentencia en su primera línea:

¿Vieron qué raro que es pensar?

La agudeza filosófica de Peña, no tiene paradigma en el pensamiento occidental, desde la filosofía expresada en verso de Parménides, hasta el mismísimo Husserl o Heidegger. El sistema cartesiano quizá sea un parangón de comparación, y directamente iremos a ver qué decía Descartes en sus tratados de filosofía.

Descartes quizá sea el primer filósofo de la modernidad con un Método definido, y un sistema más o menos coherente. Otros pensadores anteriores a Rene rondaron casi el mismo análisis cartesiano. Por ejemplo el Barón de Montaige parte de un mismo análisis cuando desde un escepticismo académico, se pone a dudar de la realidad empírica, y como a través de los sentidos, como uno puede confundirse e interpretar la realidad equivocadamente. Recuerdo que Montaigne ponía el ejemplo de una mujer que se ve de lejos, se la ve joven y hermosa, y cuando se acerca resulta que tiene maquillaje y trenzas postizas. Pero en este caso, Peña parte de la “rareza del pensamiento”.

“¿Cuánto dura un pensamiento? Hablo de un pensamiento intenso en el cual uno piensa un montón de cosas. Uno es capaz de pensar en una milésima de segundo sobre distintos temas.”

Fernando Peña parte de un error metodológico, tautológico o circular. Cuando dice “Hablo de un pensamiento intenso en el cual uno piensa”. Dicha falta es como decir, un ejemplo matemático. Supongamos que hablamos de una operación como la “suma”. si yo digo, “hablo de una suma en el cual uno suma”. Mal comienzo para este filósofo. y sigue:

“Uno no piensa con frases armadas. Uno, cuando piensa, no se acuerda de las reglas de la sintaxis, ni del sujeto y el predicado, ni de los puntos y las comas, y menos aún de los acentos. Es fantástica la mente, tan fantástica, misteriosa e incomprensible que pudo crear lo que ahora nos domina… la informática.”

Sigue Peña con las zonceras. “uno no piensa con frases armadas” dice Peña, y la verdad que le pifia fiero. Por ejemplo, todos los artículos, discursos y chistes de mal gusto de Peña son de una racionalidad escalofriante, inclusive –como dice Feinmann-, el nazismo es la razón instrumental aplicada al exterminio. Peña cuan dice. “tenemos una nota de color… color negro por que está Luis D´elia en el telefono”. Esa oración tiene sintaxis, y expresa una idea. El racismo de Peña es racional, coherente con su lógica gorila. No sé que quiere decir Peña con su frase, es más el viejo Aristóteles expresó sus categorías del pensamiento –en forma rapsódica según Kant.

“Cuando piensa, no piensa que piensa. Fluye, ve películas, siente angustias, alegrías, tiene proyectos, se acuerda de llamar a alguien, le llama la atención el perro que anda por la calle, y ni siquiera se da cuenta de esto. No hay nada más natural que pensar.”

“Cuando uno piensa, no piensa que piensa”- dice Peña, pero arriba pensó al “pensamiento” como “rareza”. Vaya chantaje, con la primera pregunta de pensar al pensamiento como rareza pensé que Peña iba a expresar el pensamiento como incertidumbre, misterio o algo escatológico, en cambio, cambió la pregunta filosófica por la pregunta de “doña rosa”. Vida cotidiana y pensamiento sería la síntesis conceptual de Peña, o filosofía del sentido común o positivismo gorila. Pensar que el pensamiento es como una diapositiva de imágenes o ideas, es pensar al pensamiento, y no como no pensar que piensa.

“pensar es una sensación parecida a la que uno siente cuando se pone dos caracolas de mar en las orejas. Es un ruido. Un murmullo. Tu secreto. El mar. El viento. Un silbido. El maremoto de tus neuronas. La insensatez de tu materia gris. La armonía de la razón y la frustración de no poder comprender. Todo eso junto, al mismo tiempo… en segundos.”


La metáfora de las dos caracolas puesta en las orejas es buena, pero quizá sea mejor la metáfora de ponerse las maños en las orejas como hiciera Riquelme y su Topo Gigio. En terminas Kantianos, la “cosa en sí” es asimilada por el entendimiento y expresada en categorías, la “cosa en si” fluye a través del las orejas de Topo Gigio las categoría las asimila como “murmullo”, “secreto”, “viento”, o sea lo fenoménico. No sigo el análisis porque termina hablando cualquier pelotudez que no merece la más mínima reflexión.


2 comentarios:

Mario Paulela dijo...

Brilante, lo suyo Goliardo. Brillante como siempre. Uy, no quedé como Peña, ¿no?

pupi espinoza dijo...

Saludos Goliardo,ya nos conocemos en algún momento opinaré,por ahora te leo.
Pupi Espinoza (Efraín)