lunes, 29 de junio de 2009

Tristemente



No pude dormir porque no pude soñar, aunque sí soné, pero fue tan real, que mejor hubiese sido no haber dormido, aunque en realidad no tiene sentido querer no dormir cuando la realidad es un sueño tan trunco. Me viene a la memoria las palabras de aquel insolente:

“es más noble sufrir en el ánimo los tiros y flechazos de la insultante Fortuna, o alzarse en armas contra un mar de agitaciones, y, enfrentándose con ellas, acabarlas: morir, dormir, nada más, y, y con un sueño, decir que acabamos el sufrimiento del corazón…”

¿Qué nos pasó? ¿No entiendo un carajo? Me cuesta entender que un multimillonario haya ganado las elecciones en un lugar donde patee la primera pelota, donde besé por primera vez a una mujer, donde lloré a mi primer amor; si, aquí en mi aldea, en mis calles de barro, en mis villas, en mis colegios, en mis bares, en mi buenos aires con olor a chatarra. “inseguridad somos todos”, decía un cartel de mi calle. Estoy atolondrado, mi patria me cacheteó en el alma. Me duele mi país en todo el cuerpo. Siento lo que sienten los enamorados cuando encuentran a su amada en brazos de otro hombre. Tengo ganas de llorar, de gritar, de no caminar por mi desconocida aldea, no quiero ver a nadie. Necesito pensar lo que pasó, tengo que estudiar, también tengo que amar, sentir, vivir y aprender a no resignarme. Falta mucho por aprender. Solamente quería escribir algo que ya estaba escrito en el aire. La política se comportó como la filosofía de Hegel:

“Cuando la filosofía pinta con sus tonos grises ya ha envejecido una figura de la vida que sus penumbras no pueden rejuvenecer, sino sólo conocer: el búho de Minerva recién alza su vuelo en el ocaso…”

Tristemente

Cristian


domingo, 28 de junio de 2009

Golpe de Estado


La Historia se repite. Tan dantesca como ayer, a lo Garibaldi, a lo Uriburu. La OEA tiene la posibilidad de demostrar si sirve para algo. Hoy le toca a Honduras, Ayer a Bolivia y Venezuela. Mañana...

Chacarera para mi vuelta


Nadie vuelve cuando nadie se va. Nadie regresa sobre los mismos pasos, simplemente se arroja la mirada en el horizonte contemplado y se vuelve a caminar.

Ahí va una chacarera para el compañero, interpretada por la inolvidable Tamara Castro.

"Cuando yo pegué la vuelta
no sé ni como, ni cuando.
Tierra madre he de contarte
lo mucho que te añorado."



sábado, 27 de junio de 2009

Cristina y Jorge Rivas

La presidenta Cristina Fernández se reunió hoy en la residencia presidencial de Olivos con el diputado socialista Jorge Rivas. Del encuentro también participaron el ex presidente Néstor Kirchner, el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, el diputado socialista Ariel Basteiro y el secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González.



http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=6148&Itemid=1


Milonga del Peón de campo


Yo nunca tuve tropilla;
siempre montao en ajeno.
Tuve un zaino que de bueno,
ni pisaba la gramilla.
Paso una vida sencilla
como es la del pobre pión;
madrugón tras madrugón
con lluvia, escarcha o pampero…
a veces me duelen fiero
los hígados y el riñón.

Soy pión de la estancia vieja,
partido de Magdalena;
y aunque no valga la pena
anote.. que no son quejas.
Una tranquera con rejas,
un jardín grande, un chalet;
lo recibirá un “valet”
que anda siempre disfrazao,
mas, no se asuste cuañao,
y por mi pregúntele.

Ni se le ocurra explicar
que viene pa´ visitarme;
diga que viene a cobrarme
y lo han de dejar pasar.
El hombre le va indicar
que siga los ucalitos,
al final esta el ranchito
que han levantao estas manos,
esa es mi casa, paisanos.
ahí puede pegar el grito.

Allá le voy a mostrar
mi mancarrón, mis dos perros,
una espuelas de fierro
y un monton de cosas más.
Si es entendido verá
un poncho de fina trama,
y el retrato de mi mama
que es ande rezo pensando,
mientras lo voy adornando
con florcitas de retama…

¿Qué puede ofertar un pión
que no sean sus pobrezas…?
a veces me entra tristeza
y otras veces rebelión..
En más de una ocasión
yo quise hacerme perdiz,
pa´ probar de ser feliz
en algún pago lejano,
pero la verdad paisano,
¡me gusta el aire de aquí…!


Letra Atahualpa Yupanqui
Música de: José Razzano




jueves, 25 de junio de 2009

Busco al Hombre

"¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar: “¡Busco al hombre!, ¡Busco al hombre!” Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en el hombre, sus gritos provocaron enormes risotadas. “¿Es que se te ha perdido?”, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? - así gritaban y reían alborozadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Qué a dónde se ha ido el hombre? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vació? ¿No hace más frío? ¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran al hombre? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción Humana? ¡También los hombres se pudren! ¡El hombre ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ella? Nunca hubo un acto tan grande y quien nazca después de nosotros formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora."

Inspirado en Foucault, me permití cambiar en el texto (la Gaya Ciencia) de Nietzsche el “Dios ha muerto”, por el foucaultiano: “el Hombre ha muerto”. Sólo como introducción a esta Baguala de Jacinto Piedra.





Imagen: Lacan, Picasso, Beauvoir, Brassai, Sartre, Camus, Leiris

miércoles, 24 de junio de 2009

Adhesiones a la Candidatura de Carlos Heller

Siguen llegando adhesiones a la CANDIDATURA de Carlos Heller. Yo también votaría a Heller si viviese en Capital pero que le voy hacer, si yo…nací en el conurbano.

El tema de la minería


Ya que nadie lo dice, lo voy a mencionar como cachetazo real: “El tema de la minería”. Todos los candidatos de hicieron los giles. Ni siquiera Pino mencionó algo sobre este tema (tampoco dijo algo en relación a…, si va a apoyar la nueva ley de medios audiovisuales o va a votar con los pequeños y medianos monopolios). Señores, el tema de la minería:





"Soy minero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy minero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy barrenero porque a mi nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta."


Mi homenaje a todos los trabajadores que trabajan en minas. trabajadores de la piedra, de las manos, de las venas…

martes, 23 de junio de 2009

Neda

Neda se llamaba la mujer de 19 años asesinada en una marcha en Iran. los manifestantes protestaban por el fraude electoral en Iran. En este Blog decidimos no publicar el video, sólo su imagen.
Para más información, ver el excelente posteo de Gal:

http://registromundo.blogspot.com/2009/06/por-favor-deja-que-el-mundo-sepa-neda.html

sábado, 20 de junio de 2009

"La Saeta" de Antonio Machado


El anterior posteo propició éste otro, pero tal disposición no fue determinado por la fatalidad, o por una necesidad dialéctica, aunque el “desdoblamiento de si en un otro” evidencia cierta lógica. Quizá la pregunta de Verboamerica motivara la interrogación. ¿Maria Carrasco es hermanita Lucas Carrasco? Esa bella voz andaluza que le canta al Cristo de los gitanos. Ahora pregunto yo: ¿Susan Boyle es familiar de Charlie Boyle?

Dejémonos de zonceras y vayamos al grano.


“Dice una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús de Nazareno?

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!”

Antonio Machado, Campos de Castilla, CXXX


Leyendo un artículo sobre “La Saeta” de Machado me entero que es un “antisaeta”. Comenta este Autor que en España se celebra en las iglesias en semana santa y se cantan esos versos de don Antonio. Pero que la letra no se condice con tal celebración. Denuncia maravillosamente don Machado que “la tierra mía le echa flores al Jesús de la agonía”. el pueblo celebra al cristo en la cruz, al de los clavos y es necesario una escalera para bajar al Nazareno. y agrega en tono de resignación, pero con gran rebeldía: “es la fe de mis mayores”. Y termina HABLÁNDOLE al Cristo de la Cruz, le dice:


“¡Oh, no eres tú mi cantar!,
¡No puedo cantar ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!”


Es maravilloso el decir de don Antonio. Se niega a cantarle a un Cristo en la cruz, no acepta a ese Jesús del madero, sólo al que anduvo en el mar, al Jesús rebelde que entraba a los templos a romper las mercancías, o al Jesús trabajador, carpintero, obrero, y también al Jesús que salvaba prostitutas de las apedreadas de los misóginos de turno. El genial Nietzsche decía en el Anticristo: “El único Cristiano murió en la cruz”, es para pensar lo que dice este pensador, quizá sea hora del buscar una escalera para quitarle los clavos a Jesús de Nazareno.



Saeta al Cristo de los gitanos


Imagen: Juan de Valdés Leal (1622-1690)

Saeta popular:

"¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a JesÚs de Nazareno?"


Escuchen a esta chica:



Pino Solanas


Ya Maquiavelo lo decía sin vueltas ni rodeos. Entre el ser y el deber ser hay una distancia inmaculada, un camino eterno de buenas intenciones, pero un camino inmanente a la interioridad personal inaplicable a la realidad concreta de la bosta de la política. El “deber ser” es inútil, castra la voluntad (la convierte en buena voluntad) y la determina a principios racionales trascendentes; solamente accesibles a espíritus eternos, a voluntades profundamente motivadas por la bondad o a filántropos panglosianos que sólo ven “mundos posibles”, donde hay bosta y podredumbre. Pino solanas no sólo tiene acceso a estas verdades, sino también viene a ser un Lutero del peronismo. El otro día lo escuché decir que estudió a Perón y “codificó” todo el pensamiento del general. Impresionante, resulta que hoy tenemos un exégeta del general. ¡A la pucha, eso si que es meterse en la bosta de la política!

Pino ha convertido la bosta de la política en un peronismo utópico. Los ladrillos de este nuevo peronismo están hechos con buenas intenciones.

viernes, 19 de junio de 2009

jueves, 18 de junio de 2009

Patrón



El patrón de estancia, el chacarero sojero, el Farmer entrerriano, manifestó en relación a las elecciones del 28 de junio:

“Hay que juntar a los empleados en las estancias –dijo–, subirlos a la camioneta y decirles a quién hay que votar”

Dediquémosle algo de don Alfredo a este PATRÓN.

“Patrón,
Esa sombra como un nuevo cristo que anda
Piedra en el pecho, cruz en la espalda
Patrón, y tosiendo rabia
Ese es su peón.”



Troesma

miércoles, 17 de junio de 2009

Maras en Argentina (segunda parte)


Los maras han llegado a la Argentina. En este video recorren las calles de mi bella ciudad del conurbano, General San Martin. Ay pueblo mio.



lunes, 15 de junio de 2009

Mirar los párpados



Que la niebla no vislumbre la incertidumbre,
que el sol platónico deje mirar los párpados
cuando a la noche aspiremos descansar.

Que la piel eriza permita el roce celestial
de las callosas manos de los obreros
de pasión, y en dicha caricia, brote sal.

Que la silueta en forma permita filtrar
los despojos de desechos que se ocultan
detrás de la belleza inmune de este amar.

Que el pino no tape el bosque.

domingo, 14 de junio de 2009

Si a vos te digo...


Si a vos te digo, no te hagás el gil, que siempre aprovechás cuando se va Cristina, para probarte la pilcha que te queda tan grande. Yo te conozco bien. Te juna medio país y hasta tus nuevos candidatos te desconfían la postura de gilito embanderado. No vayas a hacerte el otario y a querer figurar en un banquete donde no fuiste invitado. Te lo digo por última vez: no quieras la foto carnet de presidentito dialoguista, déjate de joder. chau engrupido.

Goliardo

Contigo en la distancia compañera



Felicitas Guerrero










http://www.felicitas.com.ar/

sábado, 13 de junio de 2009

Pocahontas contra Alan García


La actriz estadounidense (aunque nacida en Alemania), Q´orianka Kilcher, de madre suiza y de padre quechua-huachipaeri, llegó a Perú para solidarizarse con los indígenas de Bagua. En conferencia de prensa, entre conmoción y lágrimas manifestó lo siguiente:

"He escuchado que han llamado terroristas y salvajes a mis hermanos, yo pienso que no ha debido de culminar en violencia, no ha debido de correr sangre porque los indígenas se merecen respeto, merecen levantar su voz y ser escuchados".

y arremetió contra la prensa canalla (si, en Perú también hay):

“Me da cólera que la prensa solo repita mentiras y que no hable con la verdad, porque hay mucha gente que no tiene voz que deja engañar, es por ello que yo estoy acá para hacer unir nuestros corazones y hacer un llamado conciencia al Gobierno, para que no solo muestre mentiras".



Charlie, esta es la verdadera “venganza de Malinche
Fuente: rrp

La seducción de la civilización

Adivina, adivinador...

¡¿Decime cuál... cuál... cuál es su nombre?!

¿Quién dijo esto?

"Los casi ochenta años de progreso en todos los órdenes que protagonizó la "Canán de América" entre 1853 y 1930 -como poetizó Rubén Darío- fueron sucedidos por otros tantos años de caída. En los 70, influidos por las ideas revolucionarias de moda, tuvimos vergüenza de ser "tan europeos" y decidimos latinoamericanizarnos. Ahí surgió la popular canción Hermano Latinoamericano que popularizó la bella voz de Mercedes Sosa. Lo conseguimos. Pero en vez de adoptar los aspectos admirables de América latina, incorporamos los horribles: más pobreza, analfabetismo, enfermedad, corrupción, ineficiencia gubernamental, aumento de la brecha entre pobre y ricos, droga y crimen. Ahora, ya latinoamericanizados, pareciera que quisiéramos "africanizarnos", porque no corremos junto a los mejores países de nuestro continente como Chile, México, Colombia y Brasil, sino a la zaga, seducidos por dictadores o semidictadores que evocan al caníbal de Idi Amín. "


¿qué opina Pocahontas sobre indígenas de Perú?

“He escuchado que (el presidente) Alan García ha declarado públicamente que mis hermanos de la amazonía no son ciudadanos de primera clase. Todos los peruanos son de primera clase. Escuché que han estado criminalizando a los indígenas que protestan llamándolos terroristas y salvajes”


Soneto anti-cartesiano



¿Qué cosa seré, que pienso que soy?
¿Por qué pensaré que pienso que escribo?
¿Será que me engaña un genio maligno
Y me dice que escribo mientras no estoy?

Sí que existo, porque camino y voy,
y es claro que este pensar, medito.
Y mientras pienso el pensamiento, digo:
Nadie me engaña si pienso que soy.

¿Soy quién piensa una cosa extensa?
¿Y ésa es la certeza de la vida?
Dudar de que la existencia exista.

Es afirmar la duda de que se piensa.
Y afirmar el pensar de la existencia:
¿Es estar arrojado en esta desdicha?


Anónimo (nadie firma
porque el nombre no
dice nada del autor)

viernes, 12 de junio de 2009

Restauración conservadora o profundización del cambio.




Restauración conservadora o profundización del cambio.

Recorre la Argentina la fanfarria de una restauración conservadora, expresión de una derecha vieja y nueva. Con arrebatos cambiantes, a veces con estridencia, muchas veces en la penumbra,
nerviosamente se preparan. Van de reunión en reunión, en una coreografía que se hace y rehace bajo la bitácora de semanales gacetilleros del gran desquite. Ventrílocuos, pronostican el próximo viraje. El fin de la pesadilla. No llegan a ser aún la Santa Alianza. Pero a falta de un Metternich, pululan políticos de diversas historias y procedencias, estilos comunicacionales aparentemente objetivos y representantes de economías facciosas que apuestan a recrear un Estado sin capacidad de pensar el conjunto de la Nación, cuando es necesario transformarlo en el sentido contrario, sacudiéndose sus modos neoliberales y su debilidad institucional. Los restauradores exudan el deseo de recuperar los fastos de la Argentina del primer centenario, aquella en la que la mitología agroganadera representaba los fundamentos de la Nación. Sus narrativas del presente se inspiran en las injusticias y desigualdades del pasado.

Ellos realizan sus rápidos cálculos de reposición del viejo orden. Alegan pureza institucional, pero se han abstenido de hacer gala de ella cada vez que les tocó actuar en tareas de responsabilidad. Esgrimen que se han superado los límites tolerables en materia de seguridad, pero en vez de pensar los abismos sociales que sólo se remedian con políticas democráticas y con el desafío aún pendiente de una nueva distribución del ingreso, expanden un miedo difuso preparando futuras agencias y formas regresivas de control poblacional. Vigilar y castigar parecen ser sus recursos privilegiados, el núcleo primero y último de la brutal simplificación de la anomia que subyace a una sociedad desquiciada por la implantación, desde los años de la dictadura videlista, de un proyecto de país fundado en la exclusión, la marginalidad y la miseria creciente de aquellos mismos que acabarán convertidos en carne de prisión o de gatillo fácil.

Si es el caso, no vacilan en aceptar pigmentos de “izquierda” para presentar un proyecto que pertenece a las fantasías recónditas de una nueva derecha mundial. Desenfadados, anuncian que todo lo que harán no será contradictorio con la asunción de “la política de derechos humanos”. El neo-conservadorismo argentino ha aprendido a no ser literal como sus ancestros. Puede ser también, si lo apuran, un “progresismo de derecha”, imbuido de los miles de fragmentos sueltos que vagan por los lenguajes políticos. Todo vale. Pueden tomar las premisas de una lengua que hace poco pertenecía a los movimientos sociales de transformación. O pueden sonreír por lo bajo pues alguien sustituyéndolos reclamará magnas puniciones y pronunciará el supremo veredicto: “pena de muerte”. Será la forma sublimada de indicar el rumbo de la reingeniería de una “sociedad turbada”, una Argentina que reclamaría la pastoral de la seguridad, que en vez de considerarse un grave problema que debe convocar imaginativas soluciones económicas, democráticas, laborales y pedagógicas, es visto como una peste medieval que exige periódicos exorcismos de punitivas sacerdotisas y ávidos prelados.

Junto a la complicidad con quienes exigen un cadalso público como forma de una nueva razón disciplinadora, los mundos políticos de la restauración conservadora extienden bruscamente ante sí el descuartizado mapa de las ideologías argentinas. Unos buscando “patas peronistas”, otros “patas liberales” y otros “patas radicales” para lo que creen que son sus baches a ser rellenados con cuadrillas políticas nocturnas de urgencia. Confunden política con pavimentación. Se entrecruzan en el complaciente intercambio de figuritas sobre el vacío que se atribuyen a sí mismos. Comienzan por reconocerse carentes, vivir en el socavón de su propia escasez. No sorprende que la decadencia de las grandes ideas de cambio social haya traído aparejada la decadencia del lenguaje político. Las viejas corrientes políticas, que supieron ser corrientes de ideas, son ahora partes de un pensamiento rápido, aleatorio, que se arrastra por el piso como un mueble que desgastó sus soportes. La nueva derecha, forjada en los lenguajes massmediáticos, carece de escrúpulos a la hora de arrojar por la borda ideas y principios o de adherirse a los restos tumefactos de tradiciones antagónicas; lo único que le importa es conquistar, por la vía de la simplificación y el vaciamiento ideológico, a una ciudadanía apresada en las matrices heredadas de los noventa menemistas. Pretenden organizar las filas del individualismo atemorizado pero si triunfan no gobernarán como estrategas de la concordia social sino como artífices de una implacable revancha represiva.

Los representantes de la restauración han memorizado así archisabidos preceptos, míseras cartillas para refundar el Orden Conservador, pero se sienten vivados por los abstractos públicos presentados como momentánea platea popular sustituta. Saben que actúan en medio de poblaciones estremecidas por los diversos planos de una crisis civilizatoria de la que dicen no tiene conclusión visible, pero la suelen ver como parte de un oscuro deseo de que esa crisis llegue pronto a la Argentina como “gran electora catastrófica”. La crisis mundial sería la prestidigitadora de una devastación. Desarticularía previsiones, refutaría políticas públicas y esparciría desempleo, inestabilidad o pánico. Y les daría votos. La conciencia invisible del conservador se mueve en todos los rubros de la lengua movilizadora, pues sabe que hay un público difuso extendido en todo el país que lo escucha y que proviene de muchos legados políticos destrozados. Se parte del anhelo de que la crisis venga ya. Que irrumpa por fin esa crisis mundial y derrote a los esfuerzos que se hacen por conjurarla, a veces buenos, otras improvisados sobre el vértigo que la crisis impone, no siempre efectivos.

En el inconciente colectivo de la restauración se halla emplazado el pensamiento de que la “llegada visible de la crisis” equivaldría a una admonición mesiánica que se encargaría de derrotar a los frágiles gobiernos a martillazos del Dow Jones y drásticos patrullajes del Nasdaq. Ninguna conciencia parecen tener de que esas catástrofes en el centro del mundo se han llevado consigo los paradigmas sobre los que construyeron sus capitales político-intelectuales. Más que paradigmas, son sofismas que no cesan de repetir a despecho de las evidencias. Eluden dar cuenta de la gravedad mundial de la crisis para menoscabar las medidas que atenúan sus ondas expansivas más duras. No se atreven a reconocer que la demora y cierta “suavidad” relativa de la crisis en Argentina se vincula con las políticas gubernamentales de moderada desconexión de las lógicas financieras del capitalismo contemporáneo. Los restauradores repiten sus axiomas ya fallidos y no trepidan en solicitar el fin de la desconexión: volver al seno del FMI es ya una consigna de batalla.

Los líderes del "partido del orden", mientras aguardan el auxilio de la crisis, no pueden atravesar ciertos dilemas de parroquia: ¿qué representación política dará finalmente el nuevo bloque agrario que trae la sorprendente fusión en las consignas de los agronegocios de los sectores que antaño se diferenciaban por distintos tipos de actividad agropecuaria? Una nueva soldadura material y simbólica ha ocurrido frente a las nuevas características tecnológicas y empresariales de la explotación de la tierra sobre el trasfondo de ganancias inesperadas. Se trata de un bloque “enlazado” que, bajo un débil manto de republicanismo, se propone la cruzada restauradora y para hacerlo declara vetustos a los desvencijados partidos remanentes, exige una derechización social y pone en crisis también a las tradicionales representaciones del sector..

Los restauradores anuncian que están frente a una impostura histórica pero llaman impostura a novedades introducidas por un juego democrático que sin duda es desprolijo pero vital; anuncian que están frente a manifestaciones de locura y tilinguería, pero no se privan de reclutar en sus filas a toda clase de comediantes que postulan el regreso a una normalidad administrada desde antiguos retablos ajustistas. Anuncian también que están frente a un gobierno errático, peligrosamente estatista –si son liberales-, e insensible a lo social –si asumen aires ocasionales de izquierda. La impostura de la que acusan al gobierno atraviesa de lado a lado su lenguaje, en especial cuando recurren a antiguas y venerables simbologías populares en nombre de intereses antagónicos de esas tradiciones.

Este tema es necesario recorrerlo claramente. El gobierno se halla en medio de una tormenta social y política –local e internacional- acerca de la cual, tanto como no se puede aceptar que la haya provocado en lo que tiene de incierta, tampoco es posible dejar de ver en sus medidas más atrevidas el origen de las hirientes esquirlas que recibe como respuesta y debe afrontar. Estas medidas ya se conocen, y van desde los primeros gestos en relación a fuertes reparaciones simbólicas que desataron nudos asfixiantes de la historia hasta el pasaje de las existencias de las AFJP al patrimonio público bajo administración estatal o el profundo y necesario proyecto de ley de medios audiovisuales, sin dejar en un segundo plano la recuperación de una perspectiva latinoamericana que abandonó el paradigma de las “relaciones carnales” para encontrarse con irredentas pertenencias histórico-culturales. Con sus diferencias y particularidades, los procesos boliviano, venezolano, brasileño, ecuatoriano, cubano, uruguayo, chileno, paraguayo, nicaragüense, salvadoreño, no nos dejan pensar que esta hora latinoamericana va a ceder su horizonte de realizaciones ante la agresión mancomunada de las nigromantes y los hechiceros del retroceso. Y sabemos que la difícil encrucijada económica y social no puede sortearse sin la composición de tramas políticas, económicas y culturales de alcance regional.

El ciclo abierto en el 2003, no sin titubeos, produjo una diferencia con las formas de gobernabilidad anteriores, diferencia surgida de la lectura de los acontecimientos de 2001, cuando el protagonismo popular sancionó el fin de aquellas formas. Diferencia que se percibe en sus intentos democratizadores (que van desde la modificación virtuosa de la Corte Suprema hasta la afirmación de una política de derechos humanos que retoma los reclamos de los grupos organizados por su defensa), en el tipo de encuentro que propició con los movimientos sociales (entrecruzamiento de diálogos y no de medidas represivas), en el planteo de núcleos centrales para una sociedad justa (desde la enunciación de una pendiente redistribución del ingreso hasta la extensión de los derechos jubilatorios y la reposición de la movilidad de los haberes), desde la innovación en políticas de defensa hasta la decisión de no rendir ante el altar de la crisis los sacrificios tradicionales del trabajo y del salario.

Se conocen también sus deficiencias. Existe un gran contraste entre acciones innovadoras en campos sensibles de la vida social y apoyaturas que arrastran estilos rígidos, no decididamente democráticos, de organización política. Nos referimos a una escasa renovación en los sostenes oficiales del gobierno, cuando no a un chato horizonte de conveniencias sectoriales –encarnadas por lo general en porciones extensas del Partido Justicialista- y específicamente en el profundo error que se comete con alianzas como las de Catamarca, donde se marchó junto a la figura que gobernaba la provincia cuando sacudía al país el caso María Soledad y con las huestes de un confeso ladrón. También lo que implica la cercanía con Aldo Rico en San Miguel, para mencionar sólo los casos que más hieren. No sólo por lo que componen, también por la ausencia que revelan de otra construcción política capaz de efectuar una interpelación popular, convocar a los hombres y mujeres, a los trabajadores, a los desocupados, a los que estudian y los que crean, a apoyar y expandir una diferencia que efectivamente existe en ciertos actos y se opaca en la rutina de las antiguallas partidarias. No es casual que en las entretelas de estas alianzas de ocasión con personajes sin moral y sin conciencia, que han navegado los últimos veinte años de vida política, haya tomado cuerpo la “idea” de una “salida ordenada” del kirchnerismo, manejando figuras como el cáustico sojero fórmula 1. Esa salida –engalanada con prefijo post- dejaría al pueblo como rehén. Se trata, en realidad, de la restauración conservadora con la misma soja al cuello pero con Hugo del Carril en la vitrola. El gobierno se recuesta sobre una estructura partidaria que parece garantizarle un piso electoral imprescindible, sin transitar por sendas en las que se podría vislumbrar un horizonte distinto. Comprender la carencia no significa aceptar la solución como la única posible. Es, más bien, anticipar los costos a pagar.

Son temas que es necesario revisar. La dignidad de un proyecto social de cambios requiere que sus apoyos surjan convencidamente de llamados a las vertientes sociales, productivas y culturales que esperan participar en un movimiento que pueda gobernar en medio de desafíos fundamentales y vencerlos innovadoramente. Ese llamado aún no ha ocurrido aunque, como debe brotar de los pliegues críticos de la sociedad, es necesario encontrar en la sociedad civil el lenguaje y los argumentos para concretarlo. Un lenguaje sensible a una sociedad que se ha transformado y cuyas disidencias internas, sus polémicas públicas, no pueden ser explicadas sólo con la cartilla de las anteriores lecturas nacional-populares. El desafío es apropiarse de aquellas lecturas pero entramadas en una nueva y compleja realidad; de reencontrarse con los afluentes de una memoria de la justicia y la igualdad en el contexto de inéditos saltos al vacío del capitalismo actual. Es bajo esta perspectiva que reconocemos la trascendencia de lo abierto en mayo del 2003 y que no olvidamos las enormes dificultades que existían y que todavía persisten para construir un proyecto democrático y popular. Algunas izquierdas, como lo han hecho repetidamente, no atinan a dar cuenta de la singularidad de los acontecimientos. Es hora de entrelazar miradas, perspectivas, tradiciones y biografías diversas que comparten el ideal emancipatorio, intuyendo que la hora argentina reclama una fuerte toma de partido que sea capaz de enfrentar la restauración conservadora.

No queda mucho tiempo para ello. Pero reconocer las dificultades no implica bajar los brazos. Las consecuencias de un triunfo de la coalición conservadora pueden ser graves, pero este documento quiere ser de esperanza y de reagrupamiento en la lucha. Veamos: en la Ciudad de Buenos Aires está en curso una experiencia. La gobierna una derecha que con remozada gestualidad despliega destructivos ataques a las instituciones públicas de la ciudad, rastrilla las calles con anteojeras represivas y no desdeña ocasión de borrar aquello que otros pensamientos políticos habían inscripto en la vida estatal. Gobierna esa derecha por su capacidad de seducir a un electorado dispuesto al festejo de fórmulas abstractas que (ilusoriamente) resolverían problemas complejos. Pero el progresismo porteño aún merece una revisión crítica y el gobierno nacional el cuestionamiento de su escasa reflexión sobre la peculiar sensibilidad cultural y política de la ciudad. Cuando algo permanece intratado, cuando no se lo considera en su especificidad, es arrojado a un trato consignista, abstracto, reactivo. Campo fértil para las derechas, con sus maniqueísmos excluyentes. Por eso, se arriesga demasiado cuando se trata con categorías desdeñosas a una ciudadanía que puede ser complaciente y superficial, pero en ocasiones, además, díscola y crítica. También el riesgo es altísimo cuando se renuncia a considerar ciertos temas, como el de seguridad, por lo que arrastran de amenaza. Las grandes ciudades argentinas, escenarios y protagonistas de luchas emblemáticas de la historia nacional (desde las huelgas de la Semana Trágica o la Reforma universitaria hasta el Cordobazo; desde el 17 de octubre o la huelga del Frigorífico Lisandro de la Torre hasta las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001), esas mismas ciudades han sido permeables al discurso neoliberal. Pero las ciudades anteriores persisten.

Tradiciones culturales y memorias comunitarias subyacen a la espera de una invocación política que las reavive y contenga. Nadie es dueño de la conciencia de los millones que viven, sueñan y despotrican en estas urbes. La crisis puede ser oportunidad de reabrir esa historia y para considerar los núcleos potentes de las luchas urbanas actuales: la confrontación contra la precarización del trabajo y el desempleo, el enfrentamiento contra las añejas pero actualizadas formas de opresión a las mujeres, para nombrar sólo algunas. No damos por perdida esa apuesta por arrebatar las ciudades de sus cautiverios mediáticos y sus temblores restauradores.
Cuestiones vitales como el modelo energético, el régimen de entidades financieras, el transporte ferroviario y fluvial, la explotación minera, requieren formas de desarrollo viables que no acepten fáciles composiciones con empresas transnacionales que no tienen hipótesis de preservación ambiental ni se componen con un modelo económico nacional autónomo. Es necesario actuar con criterios eficaces en torno a crear opciones económicas democráticas, donde un pragmatismo inmediatista no sustituya un proyecto más profundo de economía distributiva, proteccionismo democrático, urbanismo integrador e inclusivo y ordenamientos normativos que impidan la rapiña de recursos. Esto requeriría de instituciones estatales con capacidad de desplegar políticas públicas, con efectiva llegada a todo el territorio nacional. Pero sabemos que, si entre los méritos del ciclo abierto en el 2003 está el de resituar la importancia del Estado, también es claro que el realmente existente no está a la altura de esa relevancia.
Se han desplegado, sin embargo, considerables apoyos a los compromisos científicos sustantivos, expandiendo la investigación, los presupuestos a ella destinados e incentivando la innovación intelectual en la vida social productiva. En este mismo itinerario, queda pendiente la renovación de las fuentes de la reflexión crítica sobre estas materias, sin esquematismos ni fervores momentáneos que demoren el encuentro de los grandes núcleos de acción intelectual creativa en torno a la ciencia, el arte, el urbanismo, los medios de comunicación, el lenguaje, el diseño y las tecnologías. La creación del Ministerio de Cultura de la Nación, capaz de articularse con el de Ciencia y Tecnología, permitiría pensar la inteligencia y la creatividad sociales en conjunto, no como secciones estancas de acciones nómadas.

Por todo esto, llamamos a ejercer el derecho de crítica autónoma dentro de un gran campo de apoyo a los aspectos realizativos que ha encarnado el gobierno nacional. El momento lo reclama. No somos partisanos de una axiomática y binaria contradicción fundamental, aún cuando reconozcamos que las situaciones críticas conllevan, a nuestro pesar, un borramiento de matices. Debe haber distintas variantes y situaciones para los pensamientos críticos. Pero tampoco el gobierno es ese manojo irreversible de contradicciones obtusas que a diario nos propone la vasta maquinaria mediática que lo envía al patíbulo en miles de minutos diarios de televisión, acudiendo a las doctrinas ubicuas del escándalo y el odio, en uno de los momentos más graves de irracionalismo asustadizo y de no tan encubiertos racismos que haya vivido la sociedad argentina contemporánea. Esa ofensiva de una derecha agromediática que no deja nada por tocar ni ensuciar, que corta rutas y agita conspiraciones, nos persuade de la decisiva importancia que adquiere no solamente la defensa de la legitimidad democrática sino, más hondo y grave, del decisivo entrelazamiento de un proyecto popular con el destino del gobierno. Desatar el nudo que une ambas perspectivas constituye un error cuyo costo puede ser desmesuradamente elevado; imaginar que la caída de lo inaugurado en el 2003 puede ensanchar el horizonte popular y nacional es no sólo una gigantesca quimera sino una perturbadora irresponsabilidad histórica de los que todavía no comprenden el carácter y la dimensión del peligro restaurador.

La restauración tiene sus antenas y tentáculos preparados para aprovechar los deficientes reconocimientos mutuos que hemos tenido entre aquellos que en el pasado compartimos horas decisivas para constituir una fuerza popular transformadora desde distintas vertientes de la historia argentina. Llamamos entonces a que consideren favorablemente estas ideas, precisamente los compañeros de las izquierdas, de las corrientes nacional-populares, de los libertarismos, de los autonomismos y de los socialismos. Es imprescindible que sigan realizando observaciones críticas a las que siempre les otorgamos credibilidad, pero también les proponemos que las integren a un seno común aunque heterogéneo de opiniones situado ante la urgencia de oponerse a la restauración conservadora. Pero no menos imprescindible es que se constituya una gran fuerza autónoma que recorra las diversas experiencias de transformación social y las devuelva a la esfera pública de un modo movilizador, renovado y creíble. Allí radica una de las apuestas sin la que resulta casi inimaginable la profundización popular de un proyecto democrático que vino a renovar las lenguas políticas en un tiempo dominado por las clausuras y las desesperanzas.

Llamamos a actuar contra la restauración conservadora de un modo creativo, inhibiendo su diseminación con argumentos sutiles y masivos, que pongan en evidencia su auténtica impostura, su anacronismo y la amenaza que suponen a cualquier forma de redención social, defendiendo los aspectos progresivos de la actual situación y haciendo explícitas las reservas, a modo de un necesario reencaminamiento de las acciones políticas populares. Llamamos a no dejarnos sorprender por el clima de desprecio que crean los operadores de una crisis anunciada, que es el ensueño de las viejas fuerzas del Orden con pañuelito de seda al cuello, gozando ahora de la masividad mediática con que instalaron el partido del miedo. Llamamos a retirarnos de la quietud y a no quedar atados al comprensible malestar por los enredos que poseen muchos de los recorridos políticos de la hora. Porque la aparente claridad de los restauradores traerá al país los capítulos ya conocidos de la pasividad cívica, el descompromiso con el trabajo colectivo, la mediocridad política y el predominio de los círculos áulicos que operan en el servicialismo a los más oscuros poderes imperiales, cuyo resultado previsible es la multiplicación de la desigualdad, su marca más auténtica.

En estos meses, se desplegará una contienda electoral que tendrá mucho de plebiscito respecto de las políticas gubernamentales, que en algunos casos presentan deficiencias pero que configuran acciones reparatorias para una sociedad dañada. Las rutinas electorales –con sus desfiles de espantajos y sus diatribas mutuas- serían insufladas de otro entusiasmo si se las dota de un carácter programático. De un programa en el que la defensa de los derechos humanos, la consideración de la seguridad sin reduccionismos represivos, políticas de retención de las rentas extraordinarias, estrategias de apoyo a la producción, proyectos educativos que promuevan sujetos autónomos e inclusión social, políticas de salud enraizadas en las vastas necesidades populares, la profundización de la integración regional, la preservación ambiental (incluidos los glaciares) y el debido cumplimiento de las aún pocas leyes existentes que reconocen los derechos de los pueblos indígenas, no puedan ser expurgados ni menoscabados. Por otro lado, también se estará debatiendo una de las más radicales medidas de distribución cultural: una ley que impulsa la democratización del sistema de medios de comunicación. El proyecto, surgido de intercambios y consultas, estará recorriendo los vericuetos del debate en la sociedad civil antes de su trato parlamentario. No serán, no son, tiempos fáciles, portan una nitidez casi dolorosa y exigen renovadas pasiones. Muestran que no hay para el pueblo argentino “salida ordenada” contra la restauración conservadora. ¡Profundicemos los cambios! Ese es nuestro llamado.


miércoles, 10 de junio de 2009

El hombre que está solo y espera


Esto escribí el 2 de abril:

"No existe otra palabra más significativa para expresar la escena dantesca de ayer, cuando la selección Argentina perdía 6 a 1 frente al dignísimo equipo de Bolivia. Hecatombe se llamaba en la religión griega al sacrificio de animales, en especial de bueyes. Un matadero no seria una hecatombe, porque difiere la motivación y significación del hecho. La hecatombe tiene características religiosas, mientras que el Matadero tiene un fin terrenal o alimenticio."

Hoy Argentina perdió 2 a 0. Mañana se van a discutir las grandísimas cualidades de Ecuador, el problema de la Altura y demás boludeces que se dicen para evitar "hecatombes". Todo el ejército mercenario -de sicarios, de chupamedias, de amigotes de Maradona-, intentará evitar las críticas. Nadie va a decir una palabra, mientras que Pagani va a ser tildado de viejo atrasado y bohemio. Ya lo veo a Palacio, Recondo y demás pelafustanes tratando de evitar la malaria, que ya empieza a vislumbrar en el horizonte.

Scalabrini Ortiz escribía en “El hombre que esta solo y espera” sobre el espíritu de la tierra. Cito:

“Si por ingenuidad o fantasía le es enfadoso concebirlo, ayúdeme usted y suponga que el 'espíritu de la tierra' es un hombre gigantesco. Por su tamaño desmesurado es tan invisible para nosotros, como lo somos nosotros para los microbios. Es un arquetipo enorme que se nutrió y creció con el aporte inmigratorio, devorando y asimilando millones de españoles, de italianos, de ingleses, de franceses, sin dejar de ser nunca idéntico a sí mismo (...) Ninguno de nosotros lo sabemos, aunque formamos parte de él... Solamente la muchedumbre innumera se le parece un poco. Cada vez más, cuanto más son. La conciencia de este hombre gigantesco es inaccesible para nuestra inteligencia. No nos une a él más cuerda vital que el sentimiento"

¿Cuánto habla de nosotros Don Scalabrini? ¿Cuánto habrá sufrido este gran argentino para describir lo que no podemos ver como argentinos?

Cuando llegó el Diego a la selección, pensé que se venia “el espíritu del potrero”. Me ensarté como un candidato de bataclana.

Riquelme “me despertó del sueño dogmático” y me dijo entre sus jugadas quejosas que “el espíritu del potrero” todavía intenta desocultarse de la técnica y del dinero.

Cappa también me enseñó que el potrero puede ser autoridad ética y estética, que el simple hecho de ser "fútbol argentino" lleva consigo un imperativo de si mismo, y “es el espíritu del potrero” que retorna desde las cenizas para invitarnos a sentir como argentinos.

Hay un “hombre que está sólo y espera” y es nuestro estilo cachetearlo y culpar al sino cruel de esta vida sin sentido.

La maldición


Vease el posteo de Charlie sobre "La maldición de Malinche"
Imagen Aquí: http://www.flickr.com/photos/juanaalicia/92902217/in/photostream/

sábado, 6 de junio de 2009

Frente Universitario para la victoria

Juega Argentina

Hoy juega Argentina y espero que el partido sea entretenido, así cuando se enfoca a De Narváez nadie le dá pelota.




Dijo el diego que la cancha es un potrero, que está Arruinada. Lástima que en el fútbol argentino ya no queda casi nada de potrero.


miércoles, 3 de junio de 2009

Elijamos


Compañeros, yo ya elegi, me gusta la versión en Carnavalito.













lunes, 1 de junio de 2009

Me censuraron este video: “Los hijos de Abraham”






Como le pasó a muchos compañeros, la empresa ARTEAR, solicitó que retirara material de mi cuenta de “youtube”, y me retiraron este video donde el filosofo Tomás Abraham critica un informe de TVR sobre el abuso infantil en la argentina.

Lo raro es que no levantaron otros videos que tengo colgados, por ejemplo “Cappa en el museo de la memoria”, “Arce detenido”, “Alfonsin, medios y cobertura, “el padrecito en corte de ruta”, “renuncia de Riquelme a la selección”, “Diego sobre Riquelme”.

raro no?