Pepe Eliaschev y el discurso "Sobre la corona"

Cuando uno habla de si mismo, es muy difícil no caer en la vanidad, en el divismo mediático farandulero que tanto deleita a las clases señoriles de nuestra patria. Es una tarea difícil, pero no imposible. Se requiere talento para ser “causa de si discursiva”, y no quedar como Mirta Legrad o Moria Casan. Pocos personajes lograron en una autodefensa, desempeñar la elegancia y la argumentación necesaria para evitar la dirección discursiva equivoca. Decir, entretener, convencer, justificar, emocionar, son atributos que Pepe carece. En una actual nota del panfleto Perfil, el periodista hace alarde de su censura y se la agarra con la negra Alarcón. Primero nombra a las celebridades que apoyaron su quejumbre mediática, y exclama la sentencia cortesana:

“En el salón no cabía un alfiler.”

Pepé no está recordando el suceso de ATC, cuando fue levantado su programa por preguntar: la palabra “pene” "¿El tamaño del pene tiene relación directa con la satisfacción sexual que logra la mujer?" -¡Pucha, que pedazo de periodista papá!!

Que no le renovasen el contrato de ATC por dicha investigación periodística, no es un caso de censura, al igual que la salida de Apo, Barone y de otros periodistas de ámbitos informativos, es solamente una cuestión de “etiqueta”.

“Y había alguien más: María del Carmen Alarcón. Firme y llamativa con su cabellera azabache, la santafesina avanzó hasta el estrado y me abrazó calurosamente: “toda mi solidaridad, vos vas a seguir en la radio cuando ‘ellos’ ya sean un mal recuerdo”, me dijo.”

Ay Pepe, revelando la fuente, solamente porque te sentiste desagraviado. ¡Pobre muchacho! Pero es muy grave lo de Alarcón, faltar a la palabra con tanta necedad? quizá la dinámica política, la historia de la argentina no sea entendible para tal mente panglosiana, la candidez de Pepe se asemeja a la de los niños malcriados.

La contradicción es posible porque se actúa, se está en el barro de la política, y la vida ascética sagrada es inmutable, por eso es moral. Aunque, desde las alturas de los árboles, en un lugar tan alto, es posible ver el culo al hombre trepado en la moralidad. Pepe termina su discurso mostrado todo lo pudendo de su virginidad ascética.

“No le fue tan mal a Kirchner. De los que estaban esa noche en el Nacional Buenos Aires, Alfonsín, García Hamilton y D'Alessio se murieron, el Gobierno deglutió a Alarcón, y a mí, bueno, a mí me mantuvieron hasta hoy lejos de los micrófonos principales. Si no compran, los nuevos jefes de la Alarcón destituyen en serio.”

¿Ahí lo tenés? alguien que dice que al gobierno no le fue tan mal, y da motivos de la vida bienaventurada, la muerte de dos personas, es realmente un despropósito inconmensurable. No resiste análisis, estos son los opositores que nos toca en la historia.

Dije anteriormente que era muy difícil halar de si mismo sin caer en la torpeza. “Sobre la corona” es un discurso de Demóstenes, en el cual, éste político griego defiende la propuesta Ctecifonte de premiarlo con una corona de oro por los servicios prestados. Defender la corona de oro en su honor, significaba defender su trayectoria política.

Pepe terminó su “defensa” apelando a argumentos de poca hidalguía, pobre hombre.