Atenti Cristina

Atenti Cristina, araca con el chabón y el bacán que andan cotorreando en la catrera. Estos ñatos no dan puntada sin hilo, y yo ya los tengo junao. Pintan bonitos por fuera, pero son medio mandingas por dentro, y se arma la farra cada vez que viajás al exterior. Se los vio rejuntao en ese instituto de morondanga al fifí y al bien. Se pasean junto a la gilada de cachiporra y a los tilingos puebleros. Se preparan para dar el fierrazo en ese canal macuco, y andan en yunta con lapiceros, malevos y compadritos de salón. Ojo, a no apoliyarse, la gilada está avivada, y no es lo mismo ser derecho que traidor. Este lache ya no es un escandalete berretin, tiene apoyo de algunos fulanos, tordos, escamoteadores y sobradores. Tampoco son purretes de “las ranas”, sino son mequetrefes de alquiler, cuenteros tirados de lienzos, curdas de fiacas y señoritos que creen que gobernar es dar biandunes a la gente humilde. Isa con el changuin, esto recién empieza, esta pulseada de buena voluntad es una fija y no hay que perder la sabiola, hay que escucharlos pero sin darle bolilla, rajar de la mala gente, de esos bigotitos de lavandero y esa sonrisa con lengo, acostumbrado a la palmada de pangrullo. Estos quias tienen prontuario de taquería, a uno lo cacharon en el piringundin del turco, y al otro lo vieron de galera en la rural. Son tipos jodidos, a no pucherear y a hacerse el musa, que los malandrines sigan de quete. Uno es un traidor, el otro un pobre rico.