es un lenguaje zoológico.
Se alude a los movimientos de reptil del amarillo,
a las emancipaciones de la ciudad indígena,
a las hordas, a la peste, el pulular, el hormiguero, las gesticulaciones.
El colono cuando quiere describir y encontrar la palabra justa,
se refiere constantemente al bestiario.”
(Franz Fanon, Los condenados de la tierra, FCE, I, 37).
“No hace mucho tiempo, la tierra estaba poblada por dos mil millones de habitantes, es decir, quinientos millones de hombres y mil quinientos de indígenas.” (Prefacio a Los condenados de la tierra de Franz Fanon)
Todos tienen voz, pero algunos indican lo justo y lo injusto, mientras que otros expresan meramente el dolor y el placer. La politicidad del primero, la animalidad del segundo. Muy claro.
Es en este contexto dialógico donde quiero comentar un texto publicado por Beatriz Sarlo inmediatamente a la sanción de la Ley de Matrimonio civil ampliado.
Comienza Sarlo el artículo:
Sonó el teléfono a las siete de la tarde; se presentó con nombre y apellido; dijo que yo no lo conocía, pero que había tenido el impulso de llamarme: "Soy lector de LA NACION y de Perfil. Hasta ahora, fui opositor al Gobierno y creía que iba a seguir siéndolo. Pero te llamo justamente por eso." Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases completas. "La noche que se aprobó en el Senado la ley de matrimonio gay estuve allí hasta el final. Al día siguiente, en mi trabajo, dije que yo también era homosexual. Mientras se trató la ley, no sabía que la aprobación iba a hacerme tan feliz, que era algo así como el fin de muchos años en los cuales yo nunca había sido del todo yo, ni siquiera con mi familia." Repitió: "No pensé que una ley me cambiaría de ese modo, de la noche a la mañana. Después vi a los dirigentes de la Federación [de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans] en la Casa de Gobierno y no volví a sentirme opositor como antes. Me pareció que tenía que decírtelo, porque yo me identificaba con lo que leía y no tenía dudas. No soy un militante. ¿Vos qué pensás?"
Es notable la honestidad intelectual de Sarlo: dice de su interlocutor: “Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases complejas.” La aclaración de Sarlo es más que significativa. ¿Qué significa “hablar bien”?
El filósofo Jacques Rancière diferencia en su celebre libro “El desacuerdo” los conceptos de Política y Policía. Por este último no debe entenderse el poder despótico de un Estado, el poder represivo o el poder de policía en el sentido que lo entendemos en la actualidad. Policía es el orden normal de una sociedad determinada.
“De este modo, la policía es primeramente un orden de los cuerpos que define las divisiones entre los modos de hacer, los modos del ser y los modos del decir, que hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a tal lugar y a tal tarea; es un orden de lo visible y que tal otra no lo sea, que tal palabra sea entendida como perteneciente al discurso y tal otra al ruido.” [Jacques Rancière, El desacuerdo, pag, 44-45]
La lógica de policía expresa el orden social de dominación. La palabra la usan aquellos que saben usar la palabra, o como dice Sarlo, de su interlocutor: Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases complejas. Sarlo es una intelectuala del texto policial. La aclaración de Salo “hablaba bien” es aquel conteo de partes de policía. Establece ordenamiento social. ¿Un kichnerista puede hablar? Evidentemente si. Hay desacuerdo porque hay interpelación del orden del discurso. En todo caso, el ruido es la palabra oculta, sin parte, que irrumpe a través de lo político. La política rompe con el orden social y la lógica de policía. La excepcionalidad de lo político (en Rancière casi nunca hay Política) irrumpe en la escena e interpela el orden. El desacuerdo no es entre Palabra y Ruido. Eso es policía. El desacuerdo es entre Palabra/Palabra.
Beatriz Sarlo con su honestidad intelectual demuestra que es orgánica al orden policial. Y es el kirchnerismo que desde lógica de lo político irrumpe en el orden social. Carl Schmitt lo denominaría en términos teológicos políticos milagro, Cooke, hecho maldito. Ricardo Forster anomalía.
Pd. Gracias a la socióloga Karina Bidaseca que a través de su obra inspiró el título de este posteo.