miércoles, 10 de febrero de 2010

Un Soneto medicinal


Aquí os hago llegar el último de los Sonetos medicinales de Almafuerte.

La yapa (1890)

Como una sola estrella no es el cielo,
Ni una gota que salta, el Océano,
Ni una falange rígida, la mano,
Ni una brizna de paja, el santo suelo:

Tu gimnasia de jaula no es el vuelo,
El sublime tramonto soberano,
Ni nunca podrá ser anhelo humano
Tu miserable personal anhelo.

¡Que saben de lo eterno las estrellas!
¡De la borrascas de la mar, las gotas!
¡De puñetazos, las falanges rotas!
¡De harina y pan, las pajas de las eras...!

¡Detén tus pasos Lógica, no quieras
que se hagan pesimistas los idiotas!


El proceso de racionalización descrito por Weber a principios de siglo en el “desencantamiento del mundo”; el nihilismo del Nietzsche apasionado de vida, están sintetizado en las últimas dos estrofas.

Detén tus pasos Lógica;
¡Que hoy, hasta los pesimistas
son idiotas!

1 comentario:

unamujercualquiera dijo...

Ese día se sentía particularmente mal pero igual o , por esa misma razón, hizo algo hermoso. Me gusta.Yo lo haría exactamente al revés. Que una estrella puede ser el cielo, una gota el océano....