Quizá sea Voltaire el que mejor expresa la sensación de que todo va para la mierda. Dejo el link del poema al terremoto de Lisboa.
sábado, 27 de febrero de 2010
El mejor de los mundos posibles
Quizá sea Voltaire el que mejor expresa la sensación de que todo va para la mierda. Dejo el link del poema al terremoto de Lisboa.
viernes, 26 de febrero de 2010
jueves, 25 de febrero de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
La memoria y el olvido
Piu avanti!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
Otro de los Sonetos medicinales de Almafuerte, 1890.
martes, 23 de febrero de 2010
Playa, moda y glamour
Test del veraneante
–¿Playa o montaña?
–Siempre hago sierra, toda mi vida. Pero este año me fui a Brasil. Siempre algo tranqui: en la sierra siempre vamos a Cruz de Caña, que es un pueblo de 200 habitantes. Río, caminata, esas cosas. Este año hicimos lo mismo pero en Brasil.
–¿Hay alguna rutina que haga en verano porque no puede el resto del año?
–Leer novelas, que me encantan. Caminatas a full. Me gusta correr, me gusta nadar.
–¿Cuáles fueron las lecturas este verano?
–Este verano leí bastante, la que más me gustó fue El lector, de Bernard Schlink. También leí mucho Fontanarrosa.
–¿Alguna comida favorita para esta época del año?
–Este año aproveché en Brasil para comer mucho pescado. Cuando me voy a la sierra, chivito.
–¿Le gusta cocinar?
–Me gusta cocinar pero no en vacaciones.
–¿Se lleva el teléfono o la computadora?
–No, desconecto completamente. Cada tanto busco un lugar donde pueda conectarme, pero no me llevo ni el teléfono ni la computadora. En las sierras ni hay señal, entonces tengo que caminar seis kilómetros hasta encontrar señal.
Perdón, me equivoque, pido disculpa. Me equivoque de Link.
lunes, 22 de febrero de 2010
TNeros vs Cumbieros
¡¡¡¡¡¡¡Ultimo Momento!!!!!!! video exclusivo de la discriminación de Tneros vs Cumbieros:
domingo, 21 de febrero de 2010
Los techos de cartón
Los techos de cartón
Qué triste, se oye la lluvia
qué triste vive mi gente
en las casas de cartón
casi arrastrando los pasos
por el peso del sufrir
¡mira que es mucho el sufrir!
Arriba, deja la mujer preñada
y se pierde en su maraña
hoy es lo mismo que ayer
es su vida sin mañana
Niños color de mi tierra
con sus mismas cicatrices
millonarios de lombrices
Y, por eso: qué tristes viven los niños
en las casas de cartón
qué alegres viven los perros
casa del explotador
.
Usted no lo va a creer
pero hay escuelas de perros
y les dan educación
pa' que no muerdan los diarios
pero el patrón,
hace años, muchos años
que está mordiendo al obrero
en las casas de cartón
Letra Ali Primera, adaptada para la pelicula "Voces inocentes"
sábado, 20 de febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
jueves, 18 de febrero de 2010
Napoleón y Sarkozi
“Marchemos, hijos de la patria, /Que ha llegado el día de la gloria /El sangriento estandarte de la tiranía /Está ya levantado contra nosotros (bis) /¿ No oís bramar por las campiñas /A esos feroces soldados? /Pues vienen a degollar /A nuestros hijos y a nuestras esposas” (Marsellesa castellano)
La dialéctica hegeliana cacheteada por la historia universal. Los esclavos negros de Haití estaban del lado de la historia y no Napoleón y sus cañones (Susan Buck-Morss, Hegel y Haití). La misma desilusión tuvo Beethoven cuando llegó el ejército napoleónico violando y asesinando gente. La Sinfonía n.° 3 estaba dedicada a ese traidor.
En estos días, el bonapartista presidente de Francia, Sarkozi (sin su princesa, Carla Bruni) visito Haití. ¿Tuvo que suceder una tragedia como la de Haití -que se llevó a las entrañas de la tierra a 250.000 personas-, para que un presidente visitara dicha tierra?
Seguramente Carla Bruni no pudo estar en la nueva versión de “We are the world”, pero era necesario ayudar Haití, aparte, está de moda fotografiarse con un negrito.
Sobre el Leviathan: Carl Schmitt
miércoles, 17 de febrero de 2010
Por qué Montaigne
en que las mujeres van a la guerra con sus maridos
y toman parte, no sólo en el combate,
sino también en el mando;
en que las sortijas no sólo sirven de adorno en las narices,
labios, mejillas, orejas y pies,
sino que además se echa mano de pesadas varillas de oro
para atravesar con ellas los pechos y el trasero;
en que al comer se limpian los dedos en los muslos,
en los testículos y en las plantas de los pies;
en que los hijos no son los herederos de sus padres,
y, sin embargo, lo son los hermanos y sobrinos de éstos;
en otras partes lo son los sobrinos solamente,
salvo cuando la herencia es la de un príncipe;
entonces, para ordenar la comunidad de bienes en usanza,
ciertos magistrados soberanos ejercen
el omnímodo cargo del cultivo de las tierras
y distribución de los frutos de las mismas,
a tenor de las necesidad de cada uno;
en que se llora la muerte de los hijos
y se festeja la de los viejos;
en que diez o doce personas se acuestan en el mismo lecho,
acompañadas de sus mujeres respectivas;
en que las mujeres que pierden sus esposos por muerte violenta
pueden de nuevo contraer matrimonio,
y no pueden hacerlo las demás;
en que tan poco valor se concede a la mujer,
que se da muerte a las hembras que nacen
y se compran las del vecino para llenar
con ellas las necesidades naturales;
en que los maridos son dueños de repudiar sin alegar causa alguna,
y a las mujeres no les asiste tal derecho;
en que los maridos pueden venderlas si son estériles;
en que se cuecen los cadáveres y se machacan luego
hasta que forman una especie de papilla,
la cual mezclan al vino que beben;
en que la sepultura más envidiable es ser devorado por perros,
y en otros sitios por pájaros;
en que se cree que las almas dichosas viven
en completa libertad en los alegres campos,
provistas de toda suerte de comodidades,
y que son, ellas las que producen el eco que oímos
cuando en despoblado resuena nuestra voz;
en que se combate dentro del agua,
y los hombres disparan nadando sus arcos,
con golpe certero, en que, como muestra de sumisión,
se levantan los hombros y se baja la cabeza;
en que precisa descalzarse para entrar en la cámara real;
en que los eunucos, guardadores de las religiones
tienen los labios cortados y lo mismo la nariz,
para que no puedan inspirar amor;.
y los sacerdotes se saltan los ojos
para que no puedan inspirar amor;
y los sacerdotes se cambian ojos
para entrar en comunicación con los espíritus
y consultar los oráculos;
en que cada cual hace su dios de aquello que más le place:
el cazador de un león o de un zorro;
el pescador de un pez cualquiera:
e ídolos de cada una de las acciones o pasiones humanas:
el sol, la luna y la tierra son los dioses principales;
en que el procedimiento en uso para jurar
consiste en tocar la tierra mirando al sol;
en que se come cruda la carne y lo mismo el pescado;
en que el juramento que merece más fe
es el que se ejecuta en nombre de la persona muerta
que de mayor crédito gozó en el país,
tocando su tumba con la mano;
en que los aguinaldos que el rey envía a los príncipes,
sus vasallos, anualmente, consisten en fuego;
llevado que es a su destino, apágase el antiguo,
y del nuevo se provee todo el pueblo que el príncipe gobierna;
cada cual toma su parte correspondiente
so pena de incurrir en crimen de lesa majestad;
en que cuando el rey se consagra por entero
a la vida contemplativa y abandona su cargo,
lo cual acontece con frecuencia,
su primer sucesor está en el deber de hacer lo propio,
y así pasar el reino a manos de un tercero;
en que la forma de gobierno cambia a medida
que los acontecimientos lo exigen;
hácese que el rey dimita cuando bien a sus súbditos se les antoja;
es sustituido por los ancianos en el gobierno del Estado,
y, a veces, déjase la dirección de éste en manos de la comuna;
en que mujeres y hombres son circuncidados
lo mismo que bautizados;
en que el soldado que en uno o varios combates
consigue presentará su rey siete cabezas de enemigos,
es elevado a la categoría de noble;
en que se cree en la mortalidad y acabamiento de las almas;
en que las mujeres dan a luz sin quejas ni lamentos;
en que las mismas mujeres llevan en ambas piernas
armaduras de cobre, y si un hijo las muerde están obligadas,
por deber de magnanimidad a morderle ellas a su vez;
en que no se determinan a casarse
sin haber ofrecido a su rey su doncellez;
en que se saluda dirigiendo un dedo
a tierra levantándole después al cielo;
en que los hombres llevan la carga en la cabeza
y las mujeres en las espaldas;
éstas orinan de pie, aquellos agachados;
en que los hombres envían sangre en prueba de amistad
e inciensan como a dioses
a las personas a quienes tratan de honrar:
en que no ya sólo en el cuarto grado de parentesco,
sino en ninguno más apartado el matrimonio es permitido;
en que los muchachos están cuatro años
encomendados a la nodriza, y a veces doce;
y en estos mismos países créese peligrosamente mortal
dar de mamar al niño el día que nace;
en que los padres castigan a los varones
y las madres a las hembras,
y el castigo consiste en colgarlos por los pies,
cabeza abajo a unos y otros, y en ahumarlos;
en que se circuncida a las hembras;
en que se come toda suerte de hierbas sin otra precaución
que desechar aquellas que despiden mal olor;
en que todo está abierto, y las casas,
por ricas y hermosas que sean,
carecen de puertas y ventanas,
y no tienen arcas ni cofres cerrados;
en lugares tales, los ladrones reciben
doble castigo que en otros sitios;
en que se matan los piojos con los dientes,
como hacen los orangutanes,
y encuentren odioso verlos despachurrar con las uñas;
en que nadie se corta nunca el pelo ni las uñas,
y otros países hay en los cuales se cortan
sólo las de la mano derecha,
y las de la izquierda se dejan crecer por elegancia;
otros se dejan la cabellera del lado derecho
tanto como crecer puede, y se cortan la del lado opuesto;
otros países hay en que los padres prestan a sus hijos,
y los maridos facilitan sus mujeres a sus huéspedes
para que las gocen, pagando;
otros en que es lícito tener hijos con su propia madre,
y a los padres tener comercio deshonesto
con sus hijas y con sus hijos;
otros pueblos que en los festines se mezclan
unos con otros sin distinción de parentesco,
y los muchachos los unos con los otros;
aquí se alimentan de carne humana;
allí, para ejercer con ello un acto piadoso,
se mata al padre cuando llega a una edad determinada;
acullá, los padres, antes de que los hijos nazcan,
cuando todavía están en el vientre de su madre,
deciden los que han de ser criados y conservados
y los que han de ser abandonados y muertos;
en otros puntos los maridos viejos
prestan sus esposas a la gente joven para que se sirva de ellas;
y en otras partes, las mujeres, sin incurrir por ello en falta,
pertenecen a varios hombres;
hay países en que las mujeres ostentan,
como otros tantos timbres de su honor,
igual número de franjas en el borde de su vestido
que varones las han ayuntado.
El uso y la costumbre han hecho,
a veces, atribuir a las mujeres funciones
que les son de ordinario extrañas
y las ha hecho empuñar las armas,
conducir ejércitos y dar batallas.
Y todo cuanto la filosofía es incapaz de hacer aprobar
a los hombres más avisados,
¿no lo enseña la costumbre por sí sola a las almas vulgares?
Por texos como éste.
Este escrito pertenece al primer volumen de los Ensayos de Montaigne. Es prosa, pero la separé y el intento fue darle la rítmica con que este lector acompañó esas páginas tan elocuentes en una noche de sueño cartesiano, trasnochado..., desvelado.