domingo, 2 de diciembre de 2012

La estrategia de incendiar la calle, y el que se calienta, pierde


Vivimos un momento fundamental en la historia Argentina. Posiblemente, el gobierno de Cristina sea el primer gobierno que pueda, a través de la institucionalidad y el sistema democrático, poder implementar una ley antimonopólica, y en especial, en un lugar fundamental en la era posmoderna: los medios de comunicación.


Pero todo este aluvión reformista no tiene la paz que gozan los supuestos consensos. El cambio lleva reacción, no solo de los sectores económicos afectados, sino de personalidades que en el “mientras tanto” dispone de un pequeño monopolio básico de sí, frente aquellos que no tienen nada. Ante el cambio, aquel que siente privilegios, supone que los perderá. Ahí está la disputa, la kulturkampf de nuestra época. ¿la implementación de la ley de medios puede generar consenso? Para el gobierno, si, porque posibilita el acceso de una multiplicidad de voces. Para clarín, obviamente no. La ley –desde la visión estratégica del grupo-, solo es para perpetuarse en el poder y acallar las voces críticas. La estrategia general es lograr el consenso de aquellos supuestos “privilegiados” (hablo de una clase media que siente que su bienestar solo es cuestión propia, no por las políticas publicas del estado nacional) que sienten que la implementación no los beneficio en lo mas mínimo. ¿cómo lograr, si bien, no la adhesión total, por lo menos, no ubicar a estar personas en el bando enemigo? Tratemos de descifrar esta cuestión, y ver porqué en estos momentos es necesario no movilizar en la calle por el solo hecho de movilizar, como respuesta a las marchas opositoras.

Venimos leyendo en medios opositores que el clima está caldeado. En realidad, esta estrategia es ubicar la disputa política, que hoy en el plano de la justicia se está liberando, llevarla al plano callejero. Por los indicios, en el plano jurídico, esa pelea se está resolviendo a favor de la ley de medios. Es por eso, que estos grupos necesitan llevar la disputa a otro plano. De ahí, las movilizaciones, tanto de caceroleros que viajan a Miami, como de sindicalistas revolucionarios que también viajan a Miami. Las dos, son patas de la misma estrategia: tener a la oposición política en estado de movilización y alerta.

Por otro lado, el gobierno. Las ultimas movidas fueron un acierto dentro del marco táctico en general. La decisión de ubicar a Martín Sabbatella al frente del AFCA fue una movida más que importante. Sabbatella tiene esas “formas” que el gobierno no tiene. Apasionado de la gestión, y con antecedentes más que importantes en la lucha contra la corrupción, Sabbatella es el referente necesario en un ámbito más que complicado. Imaginemos que a Sabbatella se le debe estar investigando hasta en los tachos de basura de su casa para encontrarle algo. Por eso, fue necesario poner una figura intachable frente al organismo que tiene que controlar a los medios mas poderosos del país. Jugada de jaque de Cristina frente a la oposición política.

La ultimas jugadas de Clarín fueron un gol en contra para el grupo. De victimas pasaron a victimarios. L grupo de que denuncia una supuesta intentona de censurar voces por parte del gobierno, terminó denunciando a periodistas. La estrategia, parece ser, era juntar denuncias a la TV Publica para ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para denunciar al estado Nacional. Este cálculo del grupo supone para desarrollarlo, un clima adverso contra el gobierno. El problema del grupo es creer su propia operación. Saliendo del microclima político, y de avenida General Paz, a nadie le interesa la inquietudes del grupo Clarín. El supuesto mal clima es sectario, de una ínfima parte de la sociedad afectada por las ultimas decisiones del gobierna nacional (dólar, importación, etc)

Y llegamos a una conclusión parcial. En un momento de avanzada superestructural frente al enemigo, no es necesario mostrar fuerzas. Ante un enemigo desesperado, es solo cuestión de dejarlo hacer. La desesperación lleva hacer cosas perjudiciales para si mismo. Esto quedó demostrado en la ultima denuncia de Clarín, que fue contestada con un fuerte repudio de la sociedad política y periodística argentina, más, las respuestas de la Suprema Corte de Justicia. Una semana fatal para el grupo Clarín.

La historia recientes nos lleva a pensar en las estrategias de desestabilización de gobierno populares latinoamericanos. Tenemos el ejemplo paradigmático del golpe contra Chávez en 2002. Recordemos, movilizaciones de ambos bandos. Francotiradores asesinando de tiros en la cabeza a militantes de ambo lados. Puesta en escena de “supuestos” partidarios de Chávez “asesinando”a manifestantes opositores. Intervención militar (en argentina, intentaron algo así con los gendarme y la policía, pero no les salió).

Si bien, en argentina no hay un clima de movilización y antagonismo como en la Venezuela de 2002, a eso van. Quieren que la disputa política se resuelva, no en las urnas o en la justicia, sino en la calle, necesitan la confrontación radicalizada.

Creo, que no debemos entrar en su dialéctica. Porque como dice el titulo, el que se calienta pierde.

2 comentarios:

Oscar dijo...

Totalmente de acuerdo.Tranquilitos y profundizando la igualdad.Saludos.

Comandante Cansado dijo...

Excelente.