Políticamente se vive en un estado democrático puro que hace recordar a la Grecia de la Acrópolis. El gobernador es designado desde Londres y es, en general, un embajador de carrera. Lo secunda un Consejo Parlamentario integrado por 8 miembros que son elegidos directamente por el pueblo. Hay un detalle singular: los partidos políticos aquí no existen. El único intento que se hizo para crearlos ocurrió hace unos años y fracasó rotundamente. Por lo tanto los ciudadanos y ciudadanas que integran el Consejo son plenamente independientes y su elegibilidad depende del nivel de prestigio o liderazgo que tengan cada uno de ellos entre sus conciudadanos.
Elocuente el doctor Castro, elogiando la democracia comisarial inglesa en Malvinas. Una joya!
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