lunes, 9 de abril de 2012

Hegel, Cristina y el Estado


¿Qué era lo que esperábais ver al retirar
la mordaza que cerraba esas bocas negras?
¿Que entonaran vuestras alabanzas?

Jean-Paul Sartre, Orfeo Negro


Europa vive una crisis estructural de acumulación egoísta. Europa cae del logos, de la abstracción, desde las alturas como un castillo de naipes. Europa debe mirarse en su historia para reconocerse en un marco de autoconciencia en general para recuperar su historia en particular. Europa ya no es Europa en general. Europa ha dejado de ser universal. Europa es concreta, mísera. Su propia dialéctica lo llevó a la dependencia estructural de su propia abstracción. Europa es particular.

Europa se debate en una crisis política inédita en el marco internacional. Por primera vez en siglos, Europa no marca el camino a la salida de la caverna. Su estructura universalista, despolitizada, le impide ver la estrategia general a la salida de la crisis. No hay enemigos, sino amigos del logos. Error conceptual de dependencia frente a la realidad.

Europa tiene que ver en su historia, en sus pensadores, a los referentes de su propia estructura conceptual. Hegel es uno de esos culpables de la universalidad abstracta, aunque también, puede ser su propia solución. Basta encontrar en el Hegel Europeo, al Hegel de la Revolución de Esclavos que iluminaba eL mundo desde su propia autoconciencia. Hegel pensó al esclavo, esa particularidad que a través del temor y el trabajo se constituía como universal. Europa debe mirar al Esclavo de Hegel. ¡Basta de amos!

Este parece ser el Hegel que olvidaron en Europa, pero que fue rescatado en gran parte de Latinoamérica. Basta ver algunos elementos de las distintas políticas económicas para entender el rol de la política, del Estado en la Economía que propiciaron estos Jóvenes Países.

Resumamos un poco el pensamiento político de Hegel para entender de qué se trata.

Hegel escribió su Fenomenologia del Espíritu a la luz del Ejército Napoleonico entrando -a fuerza de cañonazos- en Alemania. Napoleón era, en el plano de la política, lo que Hegel era en el plano de la filosofía. Es decir, la realización plena del espíritu en la historia universal. El Hegel optimista de los logros concretos de la Revolución Francesa. Para 1820, año de la publicación de La Filosofía del Derecho, Hegel es otro, y también Europa. A la Revolución, se le había cruzado la Restauración. En especial, en Alemania, el conservadurismo era muy fuerte. Los Junkers (grandes familias de la Nobleza, propietarias de tierras) tenían gran poder, tanto económico como político. Si bien, para principios de siglo (1800), Alemania era un Imperio decadente, para 1820, Alemania no era un país de avanzada, pero si comenzaba a vislumbrarse el sistema económico que Hegel denominó, Sistema de necesidades. Es decir, en el marco de una economía rural, comenzaba destacarse en las ciudades la pequeña industria comercial.

Hegel, gran conocedor de la política Europea (para 1820, Hegel ya disponía de los trabajos de David Ricardo) notó este cambio. Es así que su filosofía política respondería a esa nueva coyuntura histórica. Es así que El Estado, el universal concreto en el plano del espíritu objetivo (libertad real), tenía la misión histórica de mediar entre una forma de vida envejecida y una forma de vida que comenzaba a aparecer: la tradición y el progreso.

El análisis de Hegel es anticipatorio para su coyuntura como alemán, pero tardío como filosofo europeo. En Inglaterra y Francia, donde el sistema de necesidades comenzaba a mostrar su negatividad, la sociedad comenzaba a conocer un nuevo ¿sujeto? social: El miserable. Como modo de producción moderna, (Hegel ve esto claramente, FD,§ 243), en es sistema de necesidades no hay lugar para todos. La división del trabajo, conjuntamente con el “pobre” de las grandes ciudades eran el caldo de cultivo para la destrucción mima del Estado. La mínima seguridad económica de gran parte de la sociedad generaría en movimiento pendular destructivo que en Europa comenzaba a vislumbrarse. El primer gran teórico del Péndulo Europeo fue Hegel.
Es así, que Hegel vio la solución al problema Tradición y Progreso, al Estado como mediador de la Economía de Mercado. El gran problema a solucionar, la pobreza estructural del sistema capitalista. La solución de Hegel es la misma que hoy, en la actualidad, gran parte del tercer mundo (el mundo esclavo) propicia a través de políticas publicas.

El ejemplo argentino, a través de la Gestión de Cristina Fernández, tiene mucho de lo que Hegel pensó para su coyuntura como filósofo alemán. Lo que el pensador pensó para Alemania (dicotomía ruralidad telúrica, burguesía marítima) está en completa relación con lo que Cristina entiende por industrializar la ruralidad. El caso Argentino tiene un elemento estructural de gran importancia para la falta de mediación concreta entre el Puerto y las Provincias: la fatalidad telúrica, es decir, una geografía unitaria. Para mediar en la economía, el Estado debe propiciar grandes políticas económicas. Porque, como pensó Hegel, la crecimiento por el crecimiento mismo no es un valor en si. El crecimiento, para constituirse en un juego posible a través de políticas económicas sustentables en el tiempo, debe ser diversificado, regional (Brasil tuvo esta particularidad). En el caso argentino, lo que la geografía no logró lo debe hacer el Estado. Es así que el diagnostico de Hegel es acertado para encarar un sistema de necesidades sin dejar en el medio a millares de pobres en las calles.

Hegel pensó un Estado para un país europeo de estructura dependencial. Sus mejores discípulos ya no son europeos, sino países, Estados esclavos, que a través del Temor y del Trabajo supieron generar su propia historia, su propia autoconciencia como esclavos, como hijos de los amos, ahora dependientes de su propia abstracción.


Cristian Sayes,
estudiante de Ciencia Política,

UNSAM, 2012


(Si algún editor está interesado, este trabajo está desarrollado en un ensayo de una 57 hojas, listo para editar. Trabajo pensado en relacion al pensamiento politico de Hegel y Cristina y el rol del Estado)

4 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

Lo que pasa que los universalismos o las totalidades no imperan en un tiempo eterno. A veces es convenientes combatirlas desde otras totalidades otras desde el anonimato. En tiempos de Hegel cuando el sistema de segregación en clases se imponía la totalidad es un ámbito de los amos y no de los esclavos. Es inutil en estos tiempos pelear contra el poder.
Es mas lógico plantear la lucha aunque no se resuelva, no es tiempo para épicas del subdesarrollo. Quedarían como en Walsh a mitad de camino.
Cuando no existen los colectivos no hay teorías que expliquen la realidad mas bien sucede lo contrario tratan de crear otra realidad que se ajuste a la teoría, por eso es absurdo emprender una épica salvadora, "no queremos mártires" dijo Patton.
En lo personal creo que siempre es conveniente recrear los colectivos para penasr la miseria y desde allí emprender cualquier camino de lo posible

Charlie Boyle dijo...

Deje de pavear y liber su trabajo al dominio público, es la única manera que tendremos de poder conocerlo. PDF, CC y a la bolsa

Goliardo dijo...

Charlie, tengo esperanzas de que algun editor se interesara en el primer ratado de foilosofia politica del cristinismos (el primero fue el flaco de Feinmann, pero desde Kirchner). Mi tragajo es el primero en interpretar el pensamiento de Cristina. No es poca cosa che!

Maximiliano Javier Riera dijo...

Como dijo el demente de Cioran: "Europa padece el cansancio de un deber cumplido"...
Bravo!