miércoles, 5 de agosto de 2009

Tasso en prisión y la locura Agentina


"El Tasso en el manicomio" de Eugenio Delacroix


El entrevistado agradece:
-¡Gracias muchachos por lo que están haciendo!
Y el periodista se sorprende de la situación:
-¿por la entrevista...?
-¡no. por todo!-dice el hombre.

El entrevistado mil veces agradeció en un tono “amigazo” las notas recibidas. El periodista recién hoy lo nota (ayer a la noche). Segundos antes de las gracias, el entrevistado no pudo justificar porqué el gobierno “tendría” que bajar las retenciones a la soja, sabiendo que la tonelada está por encima de lo estimable, y una baja considerable desencadenaría necesariamente en una sojización escandalosa. El entrevistado no supo contestar; recurso inmediato, la zoncera “¡que las provincias, que el federalismo, los pequeños productores!” y demás argumentos simples que tanto arrastre tiene entre los ciudadanos de primera clase en argentina.
Seguimos en el verso, Federación Agraria pide retenciones segmentadas, pero no variables. A la vez que se queja de los mercados inestables. La sociedad Rural pide retenciones CERO. Pepe Eliachef dice que el gobierno frenó la ley de radiodifusión, el problema es Venezuela. Todo esto con las imágenes de motoqueros destrozando Globovisión. Grondona llora por los pequeños y medianos clubes de fútbol. El diario de la bailaora sigue la opereta canalla, ¡y dále que va! Así estamos. Todo esto me hace acordar al relato de Montaigne cuando fue a visitar a Torcuato Tasso:

“Infinitos espíritus se arruinan por su misma fuerza y ductilidad. ¿Qué salto no acaba de dar, la virtud de su propia energía y agitación, uno de los poetas italianos más juiciosos, más ingeniosos y más formados según la traza de la antigua y pura poesía que haya existido jamás? ¿No tiene el tal derecho a quejarse de su vivacidad mortífera? ¿De la clarividencia que la ciega? ¿De esa exacta y potente comprensión de la razón que le ha privado de razón? (…) Yo sentía más enojo que compasión viéndole en Ferrera en tan lamentable estado, superviviente de si mismo, desconocedor de sí y de sus obras.” Motaigne, II, XII.

Baudelaire escribió sobre el cuadro “Tasso en prisión”

“El poeta en prisión, desbocado, enfermizo,
Rodando un manuscrito bajo su pie convulso,
Mide con mirada que el terror inflama
La escala de vértigo en la que se hunde su alma.

Las embriagantes risas que llenan la prisión
Hacia lo extraño y absurdo invitan su razón;
La duda rodealo, el ridículo temor,
Feo y multiforme, al rededor de él circula.

El genio encerrado en un abrigo malsano,
Las muecas, los gritos, los espectros que el zumbido
agita, azuzados detrás de su oreja,

Soñador que el horror de su habitación despierta,
Es éste tu emblema, alma de cuidados oscuros
Que la realidad ahoga entre sus cuatro muros.”

Pero la relación que veo; el reflexivo Montaigne que observa a un poeta devenido en desgracia, fuera de sí, sumergido en la locura, se asemeja a nuestra querida argentina, la diferencia es que todavía no se sabe quiénes son los locos a los que alude Baudelaire. Está todo dado vuela.
Poetas malditos...!

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