jueves, 29 de enero de 2009

Milonga rebelde


El más chiquito soy yo. Esto fue hace una banda, yo jugaba para la categoría de mi hermano (dos años mayor), en un campeonato Evita en Concordia. El del medio es mi hermano, y el otro es un amigo, Luis.


Milonga rebelde

Tengo más de un motivo
pa´ cantar lo que siento
poca yerba en la yerbera
pocos sueños con mi sueldo.

Tranco los brazos y recibo
paga, tristeza y esmero
palmas, risas y promesas
de un pescador sin anzuelo.

Con llagas busco el destino
pero lo hallo bajo suelo
en los llanos o en praderas
en el río, o en cerro.

Mientras pienso y medito
las injusticias de mi pueblo
trago, y escupo las penas
de los que viven bajo yerro.

Ser pobre es ser maldito
Condenado pal infierno
bañados en ríos de mierda
sedientos en el desierto.

La pobreza yo maldigo
y a los pobres los respeto
a los ricos les aqueja
un paraíso de senderos.

Mi pueblo es un bendito
como el nido del hornero
hace su rancho y espera
los golpes y el aguacero.

Mis palabras, mis designios
se amparan donde los suelos
ofrecen frutos, y en venas
transitan los sentimientos.

la muerte es un peregrino
que acompaña en los encierros
que custodia la existencia
y se mete hasta en los sueños.

Las tristeza en los caminos
fuerte como el pampero
arrasa ranchos y querencias
presente, memoria y recuerdo.

Mi libertad es un mendigo
camino solo, voy y vuelvo
descalzo por las veredas
solo, pobre y sin consuelo.

Con calores me derrito
y en inviernos me congelo
pero nunca aflojo fuerza
por eso nunca me quiebro.

Yo creía en dios bendito
y rezaba como cordero
fui a parar con ligereza
como toro al matadero.

Mi galope es muy sencillo
donde hay piedras, me freno
y avanzo con una pena
como aquel caballo viejo.

Con mi perro y su ladrido
hallo alegría y consuelo
con mi patrón y su queja
solo bronca y desprecio.

Busco razón y sentido
a la vida del hornero
el nido es la vida entera
hasta que llega el usurero.

El viento anda dolido;
extraña aquel resuello
el amor que a veces truena
cuando llega el aguacero.

Este canto ya es un grito
que se escucha hasta en el cielo
aunque el silencio se encuentra
escoltando los senderos.

No afloje en el camino
lo acompañan los tientos
no se quede en la ladera
que lo comen los recuerdos.

El suelo ya esta escrito
pero no le halle consuelo
hay que sembrar la tierra
no hay nada bajo este suelo.

Antes tenia motivos
para creer en los cimientos
a la primera puñada
despiertan hasta los sueños.

Todo lo que yo le digo
es todo lo que yo pienso
si le parece canto con queja
sale como yo lo siento.


Goliardo

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En cada verso esta presente don Atahualpa. Escuchen a esta bellisima cantante, Lucia Ceresani y "La canción de los Horneros"


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